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martes, 20 de diciembre de 2016

Hijos Ilustres

Todas las poblaciones tienen personajes ilustres que han llevado el nombre de su ciudad o pueblo a los altares del reconocimiento y de la gloria. La Historia está llena de exploradores, marineros, médicos, científicos, descubridores o genocidas, que han (des)honrado a sus convecinos, dándoles motivos para el orgullo y la admiración. Pero dejemos estos dignos nombres a Clío y centrémonos en otros personajes, anónimos, desapercibidos más allá del plano local, pero muy interesantes e imprescindibles para...nadie, o si acaso para sus propios pueblos, a los que llenan de vida e historias.
En mi pueblo, Villazamundio de la Sirena, hay una auténtica jungla de personajes característicos, peculiares, imprescindibles para la localidad, sin ellos nada sería igual, desde luego. Pero entremos en harina.
 Un personaje peculiar, pongamos que se llama José María, es increible, padece un extraño trastorno motivado por el afán de agradar y vivir una realidad que nada tiene que ver con el mundo tangible, por lo que se dedica a fantasear en público, o por decirlo de una forma menos fina, hablamos de un trolero de cojones. Tan grande es el afán de salir del mundo en el que se ha criado que sea el tema que sea, José María aporta sus propias vivencias, las cuáles son todas falsas, así si alguien en una conversación habla de la Monarquía, este afirma que conoce al Rey, vamos que toma café y pastas con el monarca. Si alguien habla de la Universidad, José María señala que don Javier (era el nombre de su maestro en la escuela pero vale para toda conversación vinculada con el ámbito educativo) les dejó hacer grafitis en la fachada de la Universidad de Salamanca, matando así dos pajaros de un tiro, por un lado impresionando a los universitarios a los que gorroneaba alcohol y por otro a los grafiteros, a los pretendía gorrear unas caladas de tabaco aliñado, todo ello en el contexto de un botellón de pueblo. Aventurero, empresario, arqueólogo, político, asesor,  don Juan de "barra fija", empolvado y bujarra sin vocación, esas son una mínima parte de las credenciales de este individuo.
Al margen de la mitomanía barriobajera de José María, hay otros muchos que merecen aparecer en este escrito, aunque advierto que recoger todos los "hijos ilustres" de la población sería imposible, puesto que en Villazamundio hay potencial para financiar un viaje a Tarantino o mejor, a George Lucas, para rodar una  saga mucho más prolífica que  Kill Bill o Star Wars. En los últimos años ha despuntado un personaje deleznable y ruín, quien ha protagonizado por todos los mentideros locales un trio con otra pareja, además sin cortarse ni un  pelo y de forma pública, todo un canto a la Libertad. Pongamos que este personaje es apodado Macaredo, y que se dedica a ...que mas da. Pues bien, hasta aquí todo normal, ninguna queja, cada uno vive su vida y su sexualidad como quiere o puede, pero nos falta un pequeño detalle en la ecuación. Macaredo se lía con la mujer de su acompañante, delante del mismo, y sin que este diga nada en absoluto, claro, porque este pobre "cornudo" es ciego, y no se da cuenta de la infidelidad de la que es objeto por parte de su amantísima pareja y el bueno de Macaredo. Entre morreo y morreo infiel, cuando el ciego tiene ganas de orinar, Macaredo le lleva de la mano al servicio, como perfecto amigo que es, y al tiempo todos lo que lo vemos sentimos ganas de vomitar. En otras ocasiones no es al ciego a quien acompaña al servicio, sino a Campanilla, su esposa, quedando el pobre hombre en la  barra hablando sólo, aunque él no lo sepa.
Otro tipo interesante, además un histórico es Romualdo, un hombre que desde hace varias décadas se pasea por el pueblo, con cara de mala ostia y fumando un porrito ostentosamente. Cuenta la leyenda que Romualdo, cuando era joven fue agredido por otros chavales que le dejaron incapacitado para trabajar, aunque eso no suponga ningún obstáculo para llevar años y años arrascándose los huevos al son de buenos paseos y canutitos adormecedores del poco cerebro consciente que le queda. Este hombre frecuenta el parque de la Prostitución, y ha quemado numerosas generaciones de villazamundieses hablando de una forma misteriosa, refiriéndose a un "ellos" que nadie conoce, así tranquilamente te puede soltar "eso te digo, tío, que yo todos los cinco de mes pillo  mi tela, y tengo pa mis porros, porque yo me los fumo sólo, ellos que digan lo que quieran", y así sigue, treinta años después de la supuesta paliza no ha pegado palo, y entre todos, entre tú y yo, y también ellos, le pagamos una pensioncita para que siga con sus paseos y sus canutitos, o para que compre un sello nuevo, porque además el tío colecciona sellos, manda huevos.
En fin amigos, no puedo evitar sentir cierta nostalgia de mi pueblo y de sus habitantes, al tiempo que se despierta en mi ser ese espíritu navideño propio de estas fechas, viendo tanta bondad y buenos sentimientos al mi alrededor. Otro día prometo hablar de más vecinos ilustres, todos ellos del mismo calibre que la pequeña muestra aquí descrita.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Y por fin llegó...la Navidad

Las calles se iluminan, las casas se adornan con arboles y bolas decorativas, huele a castañas y nuestros pueblos y ciudades se visten de gala por Pascuas, si,  por fin es Navidad. 
En Mundo Subnormal se inicia todos los años un simulacro de paz, alegría y amor, acompañado de altas dosis de consumo y vanalidad, que lógicamente, poco tienen que ver con ese niño que naciese en un portal, cerca de Belén, y que en su honor se celebran estas fiestas. Con el paso del tiempo poco queda de religión, la única reigiosidad que se observa es aquella que adora al dios Capital, amo supremo y absoluto al que entregamos la mayor parte de nuestro tiempo y esfuerzo. Los acólitos de esta nueva religión llenarán calles, plazas y tiendas, buscando regalos variados que palien su insaciable sed de consumo, que si unas gafas para mamá, unos calcetines a cuadros para papá, y claro, la colonia Varon Dandy que no falte, o la práctica y socorrida cartera. 
Los aparatos tecnológicos coparán un puesto importante en estas compras, así será indispensable tener un móvil de última generación, un poco más plano, grande, grueso o delgado que el del año pasado, o que el de las últimas rebajas, simplemente se trata de consumir algo distinto, nuevo. Aparecerán flamantes inventos, lo nuestro es poner un palo a la vida, así del trapo que deslomaba a quienes tenían que limpiar suelos y baldosas, se inventó, por medio del palo, la fregona, magia tecnológica. En nuestros días las cosas no van mucho más allá, así, si  en Mundo Subnormal la principal afición es estar todo el día tirándose fotos, sin sentido,  a uno mismo y tocarse los cojones a un tiempo, coño, poner un palo al móvil, y así surgió el palo de selfie, uno de los regalos más vendidos hace un par de años por estas fechas. 
La publicidad atormentará durante casi dos meses a todos los que se atrevan a encender el televisor, la radio o entren en las famosas redes sociales, con mil y un anuncios en los que se generan "necesidades" inventadas de lo más variopinto, sorbiendo el seso de forma martilleante a todo el que participe de alguno de los mencionados canales. Primero viene el anuncio ñoña de la Lotería, en el que nos hacen soñar...¿ con la Felicidad?, ¿con la Familia?, ¿con la Amistad?, no, nada de eso, nos hacen soñar con el Dinero, principal dogma de la nueva religión capitalista. Dinero, hay que tener dinero, para gastarlo, para derrocharlo en beneficio del sistema de capital. Después vendrán los turrones, la ropa, y por último los más cansinos de todos, las colonias y los juguetes.
Aquí hay que hacer un alto, las colonias le llevan a uno al borde de la locura, puesto que será agobiante la cantidad de anuncios que se muestren repetitivamente hasta el día cinco de enero, puesto que después de la tregua del dia de Reyes, el simulacro de felicidad acaba y hay que volver a ser envidiosos, altivos e hijos de puta. Decía lo del alto, porque estos anuncios no son sólo agobiantes, sino que además muestran un mundo rarísimo de diseño, con princesas y marineros, que poco tienen que ver con la realidad y menos con la natividad. Al margen de esto, que ya tiene tela, hay algo más, que me revienta de estos tortuosos anuncios, y es que en todos, al menos en la mayoría se tiende a utilizar un idioma entre tartaja, mongolo  y extranjero que parece ser capta más adeptos para comprar, pero cómo podemos estar tan gilipollas, de verdad.
La campaña televisiva acaba con los regalos del día de reyes, y aquí tienen un protagonismo especial los niños, en todos los hogares con estas lindas criaturas aparecen rápidamente las cartas a sus Majestades de Oriente, que invitan a los niños a gastar, y de pronto el "me lo pido", y el consumo desde bien pequeñitos( aunque ellos no lo saben, pero les inclinamos a ello), hay que inducir a los más pequeños dentro del sistema y que aprendan que hay que gastar, que hay que ser buenos para que nos traigan regalos, pero sin que se de valor alguno a una cantidad desorbitada de juguetes y ropas que no se valoran, ni se necesitan. Y si, sólo se valora el gastar, los mayores que ya saben que no existen Reyes más allá de los Borbones, siguen consumiendo de forma compulsiva y enfermiza, al margen del mundo de sueños e ilusiones pueriles  que es la infancia. 
Hemos desvirtuado el sentido de la Navidad, independientemente de la religión, las fiestas eran un motivo de reunión familiar, de compartir con los nuestros de forma entrañable y amistosa, festejando la misma alegría que da el vivir, el pasar una año más y seguir juntandose todos (y ese todos cada vez menguaba más, aunque hubiese nuevos miembros) a la mesa, con unas buenas viandas, aunque fuesen unas simples sopas de ajo,  pero con ese sentido, compartir. Hoy día, los grandes almacenes y el nuevo dios Capital se han cargado todo esto, convirtiendo la Navidad en otro motivo más para consumir, es decir el periodo intermedio entre el gasto vacacional y el gasto de las Rebajas de Enero, que por algo dicen que son cuesta. Que pena señores, hemos cambiado algo bonito por un mundo superficial, vacío, de gente sin valores, y con gustos prediseñados, preocupados por vidas paralelas construidas a partir de likes y selfies, y ajenos al mundo real. Los Reyes Magos son explotados a golpe de expediente de regulación de empleo, y Papa Noel, se queda sin extra por los recortes del Banco Central Europeo, algo me dice que este año me traen carbón, Feliz Navidad amigos,  aunque uno no crea.

martes, 29 de noviembre de 2016

Sucedió en Noviembre

Noviembre se muere, se va apagando poco a poco, pero antes que finalice del todo me gustaría recordar tres momentos que han sucedido en este frío mes. 
Un hecho de importancia que nos dejó helados, al menos a los que apostamos por la Libertad, vino directamente de los Estados Unidos de América, y es que las elecciones presidenciales fueron ganadas por Donald Trump, un escéntrico multimillonario, con discutidas dotes para ser el "amo" de la principal potencia económica del mundo. Con un discurso retrógrado, xenófobo y machista supo ganar el voto de la mayoría blanca, con una formación básica y desengañada por las políticas llevadas a cabo en los ocho años de gobiernos demócratas, y que no han sido, desde luego, el sueño prometido por Nobel de la Paz, Barack Obama. El mundo temblaba, parecía que de nuevo surgían sensaciones propias de la Guerra Fría, pertenecientes a otra época que pensabamos extinta y superada. Con importantes lagunas en política internacional, Trump ejercerá de árbitro de las relaciones mundiales, teniendo que tratar con el mundo árabe, las finanzas mundiales, las relaciones con la desgajada europa y con  la Rusia de un Putin que pretende resucitar el imperialismo zarista a base de fuerza bruta y eliminaciones sanitarias o selectivas, como la de Anna Politkovskaya, sin olvidar el terrorismo islámico o la China comunista. Ser presidente de los Estados Unidos requiere unas dotes que no sabemos si el hombre hecho a si mismo, el empresario de éxito, el acaudado Trump será capaz de ejercer, o por contra aparaecera el racista, xenófobo y andrógino personaje acusado de violación por diversas mujeres. Es normal que el mundo tiemble de temor y aguarde que  la cosa no sea para tanto, y el odio que se ha instalado en la Casa Blanca esté a la altura de la Historia, o si no, quizás no quede mucha historia más que contar. 
Otro hecho que ha marcado la actualidad, en este caso de nuestro país ha sido el fallecimiento de la que fuese alcadesa de España, en palabras del presidente Rajoy, al menos cuando los tiempos eran mejores para el Partido Popular. Hace una semana falleció Rita Barberá, y murió abandonada de sus compañeros que la obligaron a marcharse del partido, cuando las sospechas de corrupción eran demasiado acuciantes. El caso de Rita Barberá es arquetípico del comportamiento repugnante que tenemos con nuestros congéneres, y del que hacen gala los políticos constantemente, así en un primer momento se niega todo, hasta el punto que no es posible tapar la mierda, luego se exige la salida del partido y cuando se pregunta por el personaje en cuestión, basta con decir que ya no pertenece al mismo y asunto términado. Entre tanto, los medios llevan a cabo un juicio paralelo que impide, entre otras cosas, que los jueces realicen su trabajo sin presión, y que acaba por convertir a cualquier investigado en culpable. No señor, hay que dejar actuar a la Justicia, y después, si es culpable, depurar responsabilidades, no al revés. La Democracia debe garantizar la presunción de inocencia, y los demócratas exigir que se castigue a los culpables si lo son. El circo que se ha vivido la última semana en España ha sido bárbaro, los miembros del Partido Popular, los que la obligaron ha salir por la puerta del servicio, acusaban a los medios y a los otros partidos de ser responsables de la muerte de la antigua alcaldesa de Valencia. Pero que despropósito de país, como tendrán la cara tan dura de culpar a nadie, cuando ellos han sido los primeros en mandar al ostracismo del grupo mixto a la que fuese el número tres de Alianza Popular. Ahora bien, no tenemos término medio, ahora se busca llevar a los altares a Rita Barberá, convirtiéndola en un personaje a la altura de Juana de Arco, cuanto menos, otra chorrada muy propia del país, no hay cosa mejor que morirse para que todo se perdone y se olvide. Imagino que el tiempo acabará por situar a este controvertido personaje en el lugar que merece, ni en el infierno ni en el cielo. 
El mes terminaba, pero no se quiso marchar sin otro acontecimiento de trascendencia, en este caso Histórica, el pasado sábado fallecía en la Habana Fidel Castro, el comandante en jefe de la Revolución Cubana, el jefe de los Barbudos de Sierra Maestra, el icono de la Izquierda latinoamericana y mundial. Con Castro se va una parte de la historia de la Humanidad, el último gran referente del siglo XX, ahora que las relaciones diplómaticas con el "yankee" mejoraban, el padre del Comunismo Caribeño decía adios. Tan querido como odiado, Castro es un nombre que debe ir asociado a la Historia, al menos de forma ideal intentó cambiar el mundo, acabar con una dictadura conservadora que había convertido su amada isla en un burdel para los millonarios americanos, políticos y mafiosos, y al tiempo estableció un sistema ferreo, que garantizaba unos mínimos pero negaba la Libertad individual, eso si, en nombre de la Revolución. 
La figura de Fidel es enorme, su pérdida pone fin definitivamente al siglo XX, su muerte es el final de una época y también porque no, de un sueño, constatando el fracaso de una revolución castrada por el tiempo y el embargo, por las cárceles y el capitalismo global. Con el revolucionario cubano el llamado socialismo real evidencia, de nuevo, que la aplicación del marxismo a nivel práctico es muy difícil de fraguar, más aún cuando se tiene por enemigo a la potencia más importante del planeta. El tiempo sabrá sitúar a Fidel, el mismo afirmaba "la Historia me absolverá", reconociendo en parte sus errores, pero intentando justificar también sus atrocidades. Entre ellas, las cárceles, las torturas, los balseros, la falta de Libertad, la huída de el Che, el vuelo de Camilo, la dictadura. Una dictadura, si, sin olvidar que surgió como moviento guerrillero en contra de otra dictadura, y no pretendo justificar nada, pero el champan descorchado en Miami, en la denominada Little Habana, tiene un añejo olor, no a ron cubano, sino a familiares del derrocado dictador Batista, por eso no comparto sus brindis, dictaduras ninguna, ni la de Castro, ni la de Batista, ni mucho menos aún la del Capitalismo atroz. Esperando que la historia te absuelva ¡hasta siempre comandante!
Este mes que se marcha ha sido lluvioso, con importantes acontecimientos, incluso ya tenemos gobierno, después de casi un año, Europa, por su parte, pide más recortes, se ve la luz de la recuperación al final de un túnel eterno, huele a turrón y a consumismo, Donald Trump planea cosntruir un muro con Méjico, y Rajoy ha hecho una nueva marca en su marcha-carrera, mañana se muere Noviembre.

sábado, 29 de octubre de 2016

Fin de Semana de Terror



Conforme uno se va haciendo mayor parece que se asumen algunas cosas, por ejemplo las canas, las patas de gallo, la gente tóxica, las tallas de pantalón y otras cosas que forman parte de la vida, entendida esta como el único remedio conocido para la muerte. Sin  embargo, se supone que se van perdiendo miedo a muchas situaciones que antes eran difíciles de asumir, por inexperiencia o vete a saber por qué, el caso es que se dominan con naturalidad, forman parte de ese terrible proceso de socialización que es “necesario” para la vida en comunidad. Al igual que el miedo, la capacidad de asombro se hace más tenue, hasta el punto de casi desaparecer, aunque no lo hace del todo, y es que es muy complicado que en nuestro país, o en nuestra sociedad se pierda el miedo y el asombro completamente.
Este fin de semana se celebra Halloween, si, la noche de brujas, y demás chorradas aculturativas que calan en España como en ningún otro lugar del planeta, a pesar de contar con tradiciones mucho más antiguas y en ciertos casos, si se busca eso, hasta más tétricas que esa supuesta noche de miedo, como podría ser la costumbre de pasar un día en el cementerio compartiendo jornada con los muertos, comiendo y platicando al lado de esas filas de nichos, que curiosamente tienen un número, como si fuesen a recibir alguna carta o algo.
Al margen de tradiciones, este fin de semana hay dos cosas que por un lado me dan bastante miedo y como no, me asombran por otro, y es que uno no se acostumbra al proceso regresivo, desde el punto de vista cultural, al que esta sociedad de la “imagen” (del escaparate) nos está avocando, al menos al que se deje seducir por la banalidad, superficialidad y el poco gusto que ofrece.
En primer lugar, hoy se supone que tendremos por fin,  gobierno, y es motivo este de celebración, fanfarria y alegría, la democracia ha triunfado después de casi un año. Pero ya vale de celebración, el sistema ya puede continuar y no hay mucho por lo que estar contentos, así, Europa, la fría Unión Europea, exige a España 5.500 millones de euros en recortes, que como siempre recaerán sobre las clases humildes, poco festejo entonces. Es cierto que tenemos lo que nos merecemos, y que la socialdemocracia, abanderada en nuestro país por el PSOE, ha cedido tras el famoso “golpe palaciego”, permitiendo (permitirá mejor, puesto que será esta tarde) la investidura de Mariano Rajoy, desatascando la situación de parálisis institucional sufrida por los españoles. En este asunto hay muchos prismas, numerosos elementos que no conocemos los “del común”, y esto nos hace no entender del todo que ha pasado, pero aun así, yo sigo sin comprender la actitud del socialismo español, que se impone a sí mismo límites que luego no puede asumir, y me explico, es de lógica que no quede más remedio que investir a Rajoy, porque las otras opciones han sido vetadas y minadas desde el principio. Un partido que dice representar a la mayoría de los españoles, la gente de a pie, los que tenemos que trabajar, y sabemos que formamos parte de la clase obrera y trabajadora, decide pactar en primera instancia con un partido de centro derecha, nuevo eso sí, para algunos de diseño, y con cierto tufillo al Ibex 35, pero más bien tirando a la derecha, y a partir de ahí buscar el acuerdo ( castrado de antemano) con la Izquierda, más real y también radical, que representa Podemos. Ahí está el asunto, después de ese acuerdo con Ciudadanos, Podemos replanteó la situación, pidió ministerios, y apretó a un Pedro Sánchez, que ya no podría aceptar según qué peticiones, como aquella de votar la pertenencia o no al estado español de Cataluña, País Vasco, Galicia y no sé si hasta la misma Extremadura. Las izquierdas han fallado, el enfrentamiento de egos obreros ha llevado a Rajoy al gobierno, y al PSOE a una difícil situación de la que no tengo idea de  cómo saldrá, y que conste en acta que yo me considero socialdemócrata, y apuesto por la unión de las Izquierdas, a pesar que gente muy respetable de la Izquierda española no ve posible esta unión, yo sigo pensando, y además de corazón,  que la utopía es posible, que otro mundo no sólo es posible, sino necesario. Rajoy en el gobierno da mucho miedo, sus tijeretazos al estado de bienestar dan mucho miedo, los dirigentes del PSOE también, la socialdemocracia rota, más aún,  da pavor.
La segunda situación que hace de este fin de semana algo aterrador, hasta el punto que podríamos, por aquello de estar en la onda de “mundo subnormal”,  hablar de “Halloweek”, en un juego de palabras más que terrorífico, viene determinada por la memez más absoluta disfrazada de horrendos burlones descafeinados. En la última semana, en Badajoz, en esta esquinita de la parte suroccidental del país, nos han atacado los supuestos “payasos asesinos”, aunque me temo que hemos de precisar el término, dado que no es correcto del todo. Si es cierto que se trata de payasos, en el sentido peyorativo del término,  jóvenes y no tan jóvenes, vestidos con máscaras y que aprovechándose del anonimato tratan de amedrentar a la población, pero como digo, lo de payaso viene por ser un conjunto de gilipollas aneuronados, no porque se vistan de payasos y deshonren este digno oficio, que es muy diferente a lo que pretenden estos imbéciles, dado que los verdaderos buscan  la alegría y las risas de los niños, no la agitación social, de una población crédula, y me temo que bastante aburrida. La psicosis ha sido generalizada, apuñalados, agredidos, niños en el hospital, todos los elementos que conforman el caldo de cultivo de una película de terror adolescente, y que pone de manifiesto que no estamos tal lejos de la superchería y el oscurantismo del que pretendían curarnos los Ilustrados del siglo XVIII, yo asustado me pregunto qué nos está pasando para volver trescientos años atrás en el pensamiento, da miedo de verdad.
La situación no quedó ahí, salimos hasta en los telediarios nacionales, de nuevo Extremadura en las noticias, en este caso no por un asesinato, no por alguna estafa, ahora porque hemos sufrido el ataque de un grupo de payasos asesinos, que creo que no han matado a nadie, resulta incluso que un compungido joven de mirada vidriosa que alegaba ante toda España ser víctima de los supuestos enmascarados, había mentido y ahora pide perdón. En fin, una locura, ahora saldrán los supuestos imitadores, y seguro que a alguno le pegan una paliza por hacerse el graciosillo, y es que con el miedo de la gente no hay que hacer gracias, y más  miedo da, que la gente se tome la justicia por su mano, y en las barriadas, temerosos de los payasos, se arman con hachas, machetes y hasta con pistolas haciendo patrullas ciudadanas en busca de la leyenda urbana, que país este, la gente se une para luchar contra una leyenda, contra una mentira, pero no hacemos nada por buscar trabajo, luchar contra la incultura, o las drogas, eso sí, sacamos nuestras armas ilegales y buscamos seguridad, nos convertimos en justicieros de psicosis colectivas.
En fin, Mariano en la Moncloa, y Brayan, Biron y la Yeni, fumaítos hasta las trancas y  armados con hachas y machetes  de patrulla ciudadana, al final lo han conseguido, este “finde” en casa, sin salir, porque la cosa da miedo. 

domingo, 23 de octubre de 2016

Idiotas perdidos

De aquellos barros estos lodos, así podríamos empezar a describir el panorama político patrio, pero no me apetece, uno está saturado de lo mismo. Aún cuando hoy es el día en que un PSOE, con hemorragias ideológicas y sin rumbo fijo, cede y deja pasar (Si Pasarán) al Partido Popular, el de la Gurtel y el caso Bárcenas, y también el que ha ganado las tres últimas elecciones, si, si, las tres últimas. Pero como digo, no me apetece hoy hablar de política, hoy quiero comentar algunas cosillas que creo ensamblarán bien el título de este artículo.
Resulta que en unos días celebraremos Halloween, el día de los muertos, una celeración de origen irlandés  que festejaba el fin de  la temporada de cosechas, pero que ha llegado a nuestra "católica" España desde Estados Unidos, la potencia económica mundial. Nos encontramos con un claro fenómenos de Aculturación, es decir una Cultura impone sus rasgos y tradiciones a otra Cultura, por determinados factores, en este caso, el único que se me ocurre es el económico, que hace irradiar el mundo norteamericano como un luminoso escaparte en el que sólo se muestra lo bonito y en el que se esconde el hollín de sus bajezas. Muy pocos jóvenes perciben que ese Halloween cada vez más nuestro, oculta otras tradiciones propias, como podría ser el "día de todos los Santos" donde recordamos a nuestros seres queridos y acudimos a los cementerios. No señalo aquí que dicha tradición, aunque propia, es también muestra de un comportamiento que no comparto en absoluto. Es decir, a los muertos se les rememora desde el interior, no es necesario que los demás vean lo que añoramos, lloramos o repudiamos y pasamos de nuestros antepasados.
En la misma línea Papa Noel, Santa Claus, o cualquier otro anciano barbado y con renos visitarán los hogares de los niños españoles, y les traerán regalos el día de Navidad. Otra enorme mentira, otra muestra más de lo poco que valoramos lo propio y lo que nos gusta introducir elementos procedentes del ámbito anglosajón, a pesar de haber estado media historia en guerra con ellos.
El show típicamente americano ha llegado para quedarse, así los debates entre candidatos políticos forma parte ya de nuestras vidas, el espectáculo llevado a todos los ámbitos deporte, política, televisión etc., todo lo que tenga una salida comercial nos inhunda. Ahora nos divertimos en centros comerciales, donde nos sangran los bolsillos y la inteligencia, buscando un prototipo de hombre y mujer, de niño y niña, en definitiva se trata de construir un tipo medio de humano hecho a la imagen y semejanza de los que quieren las distintas marcas comerciales. Aquí es muy importante que nadie se salga del guion marcado, que todos cumplan con su papel en el engranaje como consumidores aneuronales.
Este gusto por lo foráneo ha llegado a un grado enfermizo, y así escuchamos como en determinados programas que buscan talentos musicales, aquellos encargados de valorar la progresión de los aspirantes se denominan "coach", es decir algo así como entrenadores, eso debe decir que un idioma como el español o castellano, con quinientos millones de hablantes, no tiene un término para ese concepto y  por ello usa uno de otro idioma. Si esto no es así, como me temo, somos autenticamente gilipollas por seguir viendo un minuto más ese programa que vulnera nuestra dignidad como pueblo.
La cosa no queda ahí, en los Institutos de Secundaria de unos años a esta parte, se ha impuesto una moda que, en mi opinión copia bastante el formato de graduación americana. Cuando yo finalizé el instituto no existía este tipo de graduación, cada uno celebraba con sus colegas o familiares. Sin embargo, era usual que el tercer año de instituto se realizase una excursión, y que esta en parte, se financiase con una fiesta de Gala, en la que todos nos disfrazabamos con chaquetas y corbatas paternas, y ellas...pues no lo se, sólo tengo un hermano mayor, imagino que con vestidos para la ocasión. La verdad que era importante aquella fiesta para alguien de dieciseis años o así, pero no quita que trataba de emular la típica americanada en la que la más guapa de las animadoras (que también solía ser o mala o tonta del culo) bailaba con el capitán del equipo de Futbol Americano (cachas sin cerebro). Las graduaciones actuales aún conservan ciertos resortes que debemos mantener de la tradición europea, pero que deben huír de la "americanada" soez y estulta. 
En estos tiempos, resumimos los "fines de semana perfectos" sacando morritos en fotos de molde, todas son iguales, que subimos a las redes sociales, mercadeando con nuestra vida, necesitando ese poquito de regustillo que nos da el que nos miren los demás. Esas fotos, esos retratos o autoretratos se llaman "selfies", por aquello de que nos lo hacemos a nosotros mismos. Otra palabra que tampoco tenemos en el diccionario...debe ser.
Producto de una sociedad degenerada y que cada día carece de más valores, los niños diferentes, con personalidad, los que no se limitan a las paredes del molde, los que son distintos, y que viva la diferencia y los diferentes, que conste, sufren de "mobbing", o acoso, pero parece  más grave si lo ponemos en inglés, basta ya, como podemos ser tan tontos, de verdad.
De vez en cuando comemos con la noticia que un mandril inglés se ha matado haciendo "balconing", por no decir haciendo el gilipollas, y ya se que el término no existe en inglés, pero el sentido es el mismo, que parezca inglés, al igual que el incorrecto "footing" o el correcto "running", el caso es dar mil vueltas para no hablar o de tios tontos que pierden la vida por una foto, o aquellos que salen a trotar o correr en función de sus dotes físicas. Hay muchísimos términos en esta línea; puenting, shopping, flashmob, hipster y otros mil que denotan nuestro poco afán como pueblo, a pesar que nos sentimos orgullosos de ser español, español, español, y es que nuestro carácter es ese, el de valorar mucho más lo de fuera que lo de dentro, que diría el el "manco de Lepanto" o el insigne morador de la torre de Juan Abad.
A lo largo de este artículo sólo pretendo hacer hincapié en lo mismo, que cada vez somos más gaznápiros, estultos, catetos, zopencos, engreídos, mentecatos, necios, borricos, papanatas, memos, tardos, lerdos, etc y otras cien variantes "castellanas" para definir lo Idiotas que estamos. Pues ya saben, queridos lectores, a traducir, que nos quedamos sin diccionario.

martes, 4 de octubre de 2016

Aristocracia a ras de suelo



Por aristocracia se entiende el gobierno de los mejores, de aquellos que poseen la virtud, o excelencia, la areté que dirían los griegos. Los aristócratas son los miembros más selectos de una determinada sociedad, los mejores, los “aristoi”.
 En nuestra Extremadura, entre lindes de tierra  y de intelecto, al abrigo de la necesidad y la incultura, a lo largo de los años se ha venido desarrollando un tipo peculiar, el Aristócrata de pueblo. Esa  Aristocracia rural, analfabeta, creída, estulta, católica y putera, aquella que se mueve entre los Casinos de “señores” y las cofradías de santos, cuanto más de negro el traje, mejor.
En todos los pueblos encontramos miembros integrantes de este elegante club, por un lado están aquellos que dicen descender de algún antepasado de renombre, aunque luego resulta que su apellido es común, y que no hay nada reseñable en sus antepasados, al margen de descender de explotadores laborales o de correligionarios de la dictadura, nunca es fácil distinguirlo. Les gusta tratar con la gente del común, sin pasarse, pero están a gusto entre el vulgo, probablemente por aquello de no tener nada de sangre azul en sus venas. En cuestión política, son de derechas hasta las trancas, aunque suelen renegar del franquismo, prefieren, por aquello de la “nobilitas” declararse como monárquicos, hasta hace no mucho decían ser “juan carlistas”, y a nivel histórico, se identifican con Don Juan de Borbón. En el plano religioso son católicos, cofrades, amantes de la semana santa, de los toros y de los purillos, aunque con el humo asfixien a media humanidad. Su comportamiento es altivo pero sociable, ¡hasta van de putas al mismo sitio que la plebe!,  y a nivel cultural tienen ciertos resortes, pero no se les puede sacar de su libro, puesto que a nivel ideológico tienen menos cintura que un muñeco de futbolín. Sus cuentas corrientes presentan el  mismo color que su sangre, números rojos, dado que no hay tantas tierras, ni tanta herencia, y si a ello sumamos que trabajan menos que un espía sordo, el resultado es el descrito, mucho “don” y poco “din”.
Por debajo, con menos realeza, pero con mayor altivez y tontuna, encontramos al típico fachilla chulo, que gasta camisas de marca con jugadores de criquet y banderitas de España en el cinturón. Estos tipos, por norma general son vacíos, su nivel cultural camina a la altura de las babosas, y su código de valores no pasa de la gomina, la moda y el qué dirán. A nivel económico no tienen un puto duro, por ello se afanan en seguir e imitar al único de su grupo que tiene dinero. Se consideran católicos y de derechas, a pesar de no conocer nada de su religión, y ser pobres de espanto. Estos son peligrosos, su nivel de incultura sólo puede competir con su grado de superficialidad, pasan de mirar por encima a un toxicómano a esnifar a granel dentro de un Golf, pagado a plazos o de segunda mano, estos tienen que currar,  claro.
Una tercera variedad la encontramos en aquellos que no tienen un duro, pero aun así gustan de mirar por encima del hombro, son conservadores, en las cofradías son los que hacen el trabajo pesado, o cargan con la imagen, o limpian las colillas de los puros de los primeros, cuando no, sus botas. Son de derechas, no se sabe muy el motivo, y a pesar de tener dificultades para llegar a final de mes, son  tremendamente conservadores, aunque podríamos preguntarnos qué temen perder, si no tienen ni cinco en el bolsillo, y la mochila de su dignidad pesa muy poco. Son seres serviles, estirados, siempre afanados en tratar de parecer otra cosa que lo que son, honra y apariencia por bandera, su lema "que piensen lo que quieran menos que somos pobres". Otro elemento es que siempre tienen miedo,a la revolución,  a los rojos, a Podemos, al PSOE, al Comunismo y hasta hace no mucho al butanero(siempre tuvieron mala fama entre las familias de bien), ahora ya no, se piensan que es de Ciudadanos, esos caen regulín. Este grupo es el más deleznable de los tres, porque es igual que el grupo intermedio, pero no disfruta de nada, no bebe, no come, no gasta, casi no respira, pasa la vida entre confesión y ayuno, entre peloteo y mirada altiva al rumano que tiene por vecino. Son sigilosos como si fuesen chinos, hay de mí si se enteran de que les comparo con chinos, no, ellos son españoles, piensan en español, hablan en español, y se confiesan y masturban en español, su vida es un largo y derrotado suspiro.
Volveremos otro día sobre la aristocracia, queda mucho que contar, pero hoy ya es tarde, sólo un último apunte que me fastidia de todos ellos, más que ninguno de los anteriores y es que a nivel futbolístico todos suelen ser del mejor equipo de futbol, el mío, qué decir oye…nadie es perfecto.

martes, 16 de agosto de 2016

Una tarde de piscina

En Extremadura, cuando el “Lorenzo” se pone fiero es difícil resistir, y la tardes veraniegas no dejan más remedio que acudir a la piscina a lucir palmito y tratar de sofocar el calor entre malas posturas, hormigas y otro tipo de cotilla, en este caso estacional, el cotilla piscinero o de césped.
Pues bien, el otro día, cuando superábamos los 40 º a la sombra, acudí a la piscina más huyendo del calor, o la “caló” como se dice en mi tierra, que por ganas de hacer frente a las múltiples pruebas que la tarde sabía que me iba a deparar. La piscina estaba llenita hasta los topes, ni medio metro de césped teníamos para los recién llegados. Es un clásico, de todos los veranos aquellos que van a las ocho de la mañana a coger un sitio en las mesas, con su sombrilla, que defenderán arduamente a “capa y espada” hasta que recojan las toallas medio día después para volver a sus casas, eso sí, con el deber cumplido y la “plaza” defendida.
 A esta situación de abarrotamiento también contribuyen aquellos que acaparan todas las sillas a su alcance, como si de pulpos de tratase, y para darles un uso práctico más allá del acaparamiento, las comienzan a llenar de bolsos, bolsas, y demás objetos, o en el culmen de la “mala educación” las usan para poner las piernas encima, mientras uno se retuerce en el suelo por haber llegado más tarde, aunque pagando religiosamente la entrada. Pero no sólo se usan todas las sillas, también se trata de extender un ciento de toallas a lo largo y ancho del césped, usando como epicentro la silla, en donde se sienta el artista, en la única plaza que realmente utiliza, el resto es acaparar y no dejar que nadie más interrumpa sus profundos pensamientos.
La entrada y búsqueda de un hueco en el césped también se las trae, constituyendo una prueba de riesgo importante. Se trata de tener que ir sorteando sillas, toallas, niños que corren desbocados llevados por la fuerza de la juventud, padres que vociferan órdenes y mandatos que sus hijos siquiera escuchan, pero encantados que seamos otros los que aguantemos “a pachas” la mejor de las veces, la crianza de sus lindas criaturas. Así tras superar la yincana de sillas, toallas, bolsos, niños, padres y chancletas playeras, llega uno al sitio que el sino le tenía reservado, que suele ser de dos tipos distintos, o te toca la parte del césped, donde ya no hay césped, o estás donde  pega el sol con fuerza inusitada, la última opción, y poco viable la conforma el temido hormiguero, que a fin de cuentas es inevitable, y cuando regreses a casa te encontrarás lacerado por  esas bonitas ronchas, que además pican…de cojones.
El momento de aterrizar en el hueco de césped es aprovechado por el cotilla de piscina para lanzar un ataque contundente y preciso de escáner. Mientras estiras  la toalla, y haces un “tetris” con los  bultos alrededor del metro y medio que te toca de piscina, las miradas de estos seres analizan pormenorizadamente la situación, vamos una analítica que no hacen ni en los más prestigiosos hospitales. La capacidad de giro de esos cuellos es propia de las pruebas que realiza la NASA,  a los astronautas de las distintas tripulaciones, y aunque lleven gafas, esas miradas son dignas de los más precisos “francotiradores” militares. Llega un momento en que el descaro es tan grande que uno se preocupa y piensa, tendré algo en la cara, o en un empeño propio de la autoayuda, te dices,  tampoco tengo tanta barriga, incluso llega el momento en que te miras el bañador pensando que quizás estés desnudo. Falsa alarma, todo va bien, la cara limpia, la barriga gorda pero aceptable, y el bañador es nuevo, de este verano, pasa el susto y comienza el mosqueo. La situación se revierte, ahora eres tú quien miras al cotilla piscinero, le retas, cruce de miradas, la aguantas impertérrito, como en los duelos del oeste, inútil empeño, no baja la mirada, es incapaz, asique asumes su presencia y de vez en cuando replanteas el duelo, misión imposible, no puede evitar deglutir algo de la vida ajena.
La odisea homérica seguro que se ideo después de un día de piscina. En un empeño inhumano consigo hacerme un hueco en el borde de la piscina, que tiene más pinta de olla que de vaso natatorio, con sus garbanzos a remojo y todo. El metro y medio de césped se reduce aún más en la piscina, al menos en el borde, entrar al agua no me pareció muy oportuno en medio del  proceso de cocción. Cuando agradecía tener al menos las piernas en el agua, y sofocar en parte el calor, la espalda mientras tanto se abrasaba a fuego lento, me asaltó de lleno la conversación que a menos de un metro mío mantenían una pareja, al parecer desconocida a los que unía el hecho de tener el mismo lugar de procedencia. La tarde no había sido buena, y lo que escuche,dado que estaban justo delante de mí, y no hablaban precisamente bajo, me acabó de rematar, hasta el punto de animarme a escribir este artículo.
Pues bien, por el acento forzado deduje que eran “vascos”, y su alegría eufórica procedía de encontrase a mil kilómetros de su vivienda habitual con un paisano, en medio de una olla extremeña a presión, y bueno,así tiene cierta lógica este alborozo estival. En su castellano intercalaban alguna palabra del euskera propia de primero de infantil, y que entendía yo y cualquiera que haya visto dos o tres veces el programa de Arguiñano, a la par que confraternizaban como buenos paisanos, "en corral ajeno". Los tópicos sobre norte-sur se materializaban delante de mí, aunque en esta ocasión los actores, puesto que claro está, se trataba de una mala comedia, distaban mucho de ser “Dani Rovira” o el genial “Karra Elejalde”. De vez en cuando se escuchaba un “cagón sos”, un “la hostia”, aparecía “la fábrica”, y demás sandeces. Conste que me considero “ciudadano del mundo” y respeto procedencias y diferencias culturales de todo tipo, ahora bien, no puedo con el desarraigo y menos con la incultura. Estos dos bañistas coincidían en una piscina de Badajoz, no como una casualidad del destino, sino producto de una lógica mucho más dramática, la migración y pobreza que asoló mi tierra buena parte de su historia, y de la que intentamos salir, cosa que no es fácil. Por ello, estos dos, hijos de emigrantes extremeños en el País Vasco, podían encontrase a mil kilómetros de sus casas en la misma piscina, si,  por que  papá emigró en los sesenta, y ellos nacieron o marcharon pequeños al “bendito” norte. Mi mosqueo venía de las críticas que hicieron ambos bañistas al sistema extremeño de salud, tratando de compararlo con el de Burundi o algún otro lugar subdesarrollado, cosa que dista enormemente de la realidad, y que pone las cosas más que claras, estos dos, son dos palurdos sin la más mínima cultura, que han servido de mano de obra más o menos barata, al desarrollo del norte, y que han cometido un error imperdonable, perder sus raíces. Se lo vasco que quieras ser, a mi me da lo mismo, pero cuando hables de la  tierra de tus padres y abuelos, al menos infórmate, de cómo estaba cuando marcharon y como está treinta años después, con sus errores, y con mucho margen de  mejora, claro está, pero ni punto de comparación, fruto de un esfuerzo colectivo, muy pocas veces reconocido, y casi desconocido.
 Me retiré a mi toalla, y acabé por cabrearme del todo. El rato que estuve allí tendido, volvieron las hormigas, los niños, los padres, las sillas y las toallas, las miradas que queman, y al rato…los vascos, que no estaban muy lejos de mi metro y medio.

Las ocho y media de la tarde, aún 38º, recogemos los bártulos, de nuevo yincana, en media hora la ducha y las ronchas, ya mismo cenamos, se acaba   la tarde de piscina. Qué más puedo pedir.

martes, 26 de julio de 2016

De alquileres, cobijos y demás agujeros

Después de un mes sin escribir vuelvo a la carga para hablar en esta ocasión del deleznable mundo de los pisos de alquiler y los no menos repugnantes arrendadores de dichas joyas. Como en casi todo, dentro de este mundillo nos encontramos con arrendadores honestos, honrados, y bellísimas personas, y por ende arrendatarios sucios, dejados, cuando no, autenticas bestias de pocilga. Sin embargo, el empeño de este escrito es hablar de aquellos que abusan y se aprovechan de los que sí queremos hacer las cosas bien, por ello no es todo como aquí se cuenta, también hay bueno, pero interesa denunciar lo malo, lo deshonesto, lo ruin.
Todos aquellos que hayan estudiado entre mediados de los noventa en adelante, o incluso antes, en ciudades como Cáceres, Mérida y Badajoz, se habrán topado con absolutos agujeros ofrecidos como palacios persas y cobrados a precio de oro. En este tipo de pisitos se podían encontrar toda una gama de lavadoras viejas, muebles de cuarta o quinta generación, platos rallados, sofás desgastados con una funda encima para disimular los años de oficio, frigoríficos de la Segunda Guerra Mundial, cuanto menos,  televisiones en blanco y negro y sin mando a distancia, incluso en una ocasión encontré un piso en el que ni siquiera había televisión, el dueño alegaba que habíamos ido a Cáceres a estudiar, ¡qué era eso de querer ver la tele! No había otra opción, ninguno de los que coincidimos por aquellos lares, en el periodo noventero que menciono, éramos hijos de millonarios, y la forma de poder estudiar era compartir un piso con dos o tres amigos, en algunos casos, hasta más. De esta necesidad algunos hicieron virtud, y le echaron morro, directamente se aprovecharon de la situación, y pisos normales y corrientes, en una ciudad, capital de provincia, en Extremadura, la región más pobre de España, y de las más pobres de Europa, empezaron a costar un dinero de la época, sin que este alto precio comportase una ecuanimidad en el nivel de la vivienda que ya digo, eran pisos normales, en barrios normales, y pagados como un “Chateau” de la Bretaña francesa. Antes que se me pase con el fervor del momento, todos los pisos disponían de su respectivo contrato de alquiler, que además era el mismo en todos los sitios, y que casi ninguno de los dueños tributó un duro a la Hacienda Pública. De los años de la universidad, que sí, fueron años buenos, locos, de mucha juerga y también de mucho estudiar, a nadie le regalan nada, los pisos en los que nos alojamos forman parte del recuerdo vital de ese periodo. También aquí, no puedo dejar de poner, que en muchos pisos se corrieron autenticas juergas, enormes borracheras, pero creo que eso de que los estudiantes devastan los pisos es un poco “leyenda urbana” en el sentido de que pasárselo bien no supone destrozar nada. Sí, se bebía, se jugaba a las cartas y cualquier día era bueno para quedar con los amigos, pero eso no destruye muebles, ni derriba paredes, ni nada por el estilo, mucho cuento se ha echado sobre el asunto. Con esto quiero decir que la mayoría de los estudiantes hacíamos una vida normal, y al entregar los pisos no solía existir queja alguna. A colación de lo anterior siempre que buscaba piso había un tipo de anuncio que me indignaba bastante, aquel que decía ¡abstenerse chicos! es decir, que los hombres teníamos peor fama que las mujeres, fama de guarros, que fácil es generalizar, cuando lo suyo es hablar de personas individuales, no amplificar tanto e incluir a todo el mundo en un sitio por una cuestión de género.
Transcurridos los años, después de la universidad, y de muchas oposiciones encima, trabajando, y recorriendo Extremadura, por aquello de no ser funcionario de carrera, uno se ha encontrado de todo. Uno de los años en los que tuve que agarrarme a una media jornada para trabajar, que ya era la segunda consecutiva, al tiempo que incrementaba mi nivel de estudios, disminuían mis opciones laborales, tremenda paradoja esta, acabé viviendo en un piso, que había sido una vivienda social, imagino que comprada, si no sería un delito fragrante, donde adquirí  una habitación por 150 euros. La cosas no habían cambiado mucho desde los noventa, el piso tenía una colección de muebles y sillones directamente recogidos de la basura, pero lo que más me impactó es que la gente alquilaba esas habitaciones, el montaje de la crisis económica global, invento del capital, triunfaba por aquel entonces, así conviví con varias personas ese año, y todos pagaban su cuota, por lo que sin comerlo ni beberlo el arrendador se metía 450 euros al mes, por medio de lo que había sido una vivienda social. Un momento impactante en ese piso fue el día que me vi obligado a alquilar la habitación, después de enseñarme el piso, el dueño me enseño un bote de Cucal, y me dijo, ya sabes si salen les echas esto y listos. Me quedé de piedra, costo dios y ayuda acabar con las cucarachas.
Ahora el denigrante mundo del alquiler se mueve por Internet, dónde encontramos los mismos granujas camuflados en la Red, así uno de los últimos episodios que he vivido con los caseros ha sido a raíz de un anuncio por Internet. En el citado anuncio se mostraba un piso que tenía una pinta interesante, y se anunciaba por 350 euros, lo que es asequible, sin embargo cuando hablo con el dueño del mismo, me informa que 350 euros es si el piso es sólo para mí, si viene mi familia la cosa asciende a 420 euros, por arte de magia, se puede ser más cara dura, mas ruin, espero que no alquile el piso nunca, que trabaje de forma honrada, tío ladrón. Otro clásico es anunciar el piso en un barrio y si está en el barrio, pero  a medio centímetro de otro bastante más alejado, o hacer fotos muy cucas y preparaditas, y luego ver que desde la misma habitación han tirado tres fotos para que parezca más grande, o salir un fin de semana fuera y encontrar que el casero ha entrado en el piso sin permiso, y encima se ha dejado las llaves dentro, que gentuza chacho.

En fin señores arrendadores no sean tan buitres, cobren a razón de lo que ofrecen, no den lo que no les gustaría que a ustedes les diesen, sean  un poquito humanos, y así todos podremos convivir un poquito mejor, al menos con dignidad. Para aquellos arrendatarios abusones y destroza pisos, les deseo que no consigan alojamiento jamás, a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar, pero ya he dicho que aquí referiría preferentemente el caso de aquellos se aprovechan de los que lo queremos hacer bien, los malos arrendatarios tampoco tienen perdón. 

jueves, 30 de junio de 2016

La estupidez humana.

Uno de los mayores genios del pasado siglo, y probablemente de toda la Historia de la Humanidad, Albert Einstein, el que elaborara la teoría de la Relatividad y revolucionase el mundo de la Física, este genio, llegó a afirmar en una ocasión que “hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana…”, precisando que del universo no estaba tan seguro, en nuestro caso,  será de la estupidez humana de lo que hablaremos.
 No hay ser, en el planeta,  más dañino que el “ser humano”, y seguro que tampoco hay ser más tonto.  A  pesar de nuestras extraordinarias dotes cerebrales, perdemos muy poco tiempo en utilizar la materia gris, por ello, esquilmamos, destruimos y extinguimos como si tuviésemos otra oportunidad, como si al final de la partida pudiésemos usar las vidas extras.
El hombre, es el único ser vivo con capacidad para destruir la tierra, poniendo de manifiesto que nuestra inteligencia no ha sido utilizada para mejorar como especie, sino que hemos evolucionado en gran medida  a la par que nuestros ingenios bélicos, con un enorme grado de  irresponsabilidad. No quiero que este artículo vaya por los derroteros que va, pero ya que lo he comenzado al menos mencionaré algunos aspectos que considero esenciales.
El agua disponible para el consumo humano es tan sólo del 0,0001% del agua total del planeta, y aún así contaminamos, como si tuviésemos agua de forma inagotable, muestra clara de nuestra estulticia, la naturaleza no nos va a dar a los hombres, “monos calvos”, más oportunidades que al resto de especies que se extinguieron, con muchos menos motivos que el hombre.  
Según recientes informes para el año 2030, el “homo sapiens” habrá destruido el 50 % de la selva amazónica, considerada por la comunidad científica como “los pulmones de la tierra”. Los intereses de las madereras se imponen a los del planeta, y por ello devastamos las selvas, incrementamos el calentamiento global, nos quedamos sin oxígeno, y “pensamos” qué más da, al menos hasta que yo muera habrá, el que venga detrás que se las ingenie, si,  que se busca la vida para sobrevivir.  No entendemos que la Tierra no es una propiedad de las presentes generaciones, sino una herencia para aquellos que vienen detrás.
Otro ejemplo de nuestra suprema estupidez, lo observamos en la cantidad de conflictos armados que se extienden en la actualidad por África, América Latina y gran parte de Asia, conflictos algunos, con decenios de actividad. La mayor parte de las guerras tienen una motivación económica, aunque en muchas ocasiones esta motivación se tinta de argumentos de orden religioso, político, tribal, territorial, etc. Sin embargo, si todo se analiza con cautela, gran parte de las guerras (si no, todas) procede de una mala distribución de la riqueza en el planeta.
El hambre afecta a  uno de cada nueve habitantes del planeta, es decir unos 795 millones de seres humanos pasan hambre cada día de sus pobres vidas  hasta un  final inexorable.  Mientras, en  los países del primer mundo,  esquilmamos recursos en un consumismo suicida para con  nuestro planeta, sin importarnos un bledo aquellos que se encuentran más allá de vallas de odio o incomprensión. El ser humano muestra un comportamiento repugnante con su planeta, con sus moradores y hasta con los miembros de su propia especie.
Al margen de estas claras muestras de memez neuronal, más allá del agotamiento del agua, de la destrucción de las selvas, del hambre y las guerras, en un plano más cercano, en el zoom de nuestro día a día en este primer mundo, también encontramos ejemplos variopintos de la estupidez humana.
Hagamos un pequeño recorrido por el inframundo de la estulticia de andar por casa, de baja intensidad,  si me lo permiten, en comparación con el nivel visto hasta ahora.
Así,  nos encontramos con aquellos que se consideran de “derechas”,  y que generalmente buscan el amparo de la Iglesia, o mejor de la Curia para justificar sus actuaciones, y que en la mayor parte de las ocasiones visten sus manteles con vino de cartón y mortadela con aceitunas,  como manjares de exquisito gusto. Suelen ser votantes del Partido Popular, por aquello del aparentar, algo muy español, y que nos ha llevado a ser un país de segundo o tercer nivel, eso sí dentro del mundo desarrollado. De misa dominical, suelen ser envidiosos y superficiales, intelectualmente no han visto un libro ni en fotografía, gustan de disimular su analfabetismo crónico con gomina, banderas de España, pantalones “chinos”, y partidas de pádel. Eso sí, ellos son españoles, el resto debemos ser de Marte, obviando el escaso “mérito” que tiene nacer donde a nuestros padres les dio la real gana. A colación de lo anterior, el pasado domingo, las urnas españolas se llenaron de votos del Partido Popular, lo que me merece un profundo respeto, y me hace plantear una cuestión ¿tenemos lo que merecemos?, está claro que si, de forma rotunda.
Otro personaje muy usual es el que podríamos denominar “alcahuete” o cotilla. Este tipo de persona es aquella que sabe todo de todo el mundo, generalmente aquello considerado “malo o negativo” para el resto de la gente, y que en muchas ocasiones también es tremendamente cuestionable, y de las que nadie suele saber nada. Los empeños del día a día van de mirilla a ventana, de cortina a rendija, o lo que es lo mismo, basculan entre  si el vecino discute con la parienta, si el de la vuelta le ha hecho un bombo a la del barrio de al lado, o si Juan se ha separado de Pepa, porque había “cuernos” de por medio. Sus miserables vidas, no vividas puesto que viven la de otros, son ejemplo de ignorancia y estupidez, de momento sólo se vive una vez, y perderla en los empeños de la de los demás es simplemente de idiotas.
En los últimos tiempos se ha instalado entre nosotros el “parasito” de las redes sociales, con diversas modalidades. Nos encontramos con una versión actualizada del alcahuete de visillo y mirilla, que podríamos denominar cibercotilla o alcahuete 2.0. Este tipo de ser, justifica su pobre existencia real alegando que esta 24 horas al día en el Facebook o Twitter, por motivos laborales, por estar informado, o por las cosas tan interesantes que sube la gente. En mi humilde opinión, la realidad es que su verdadero interés es  la vida de los demás, y dar una imagen idealizada de la propia vida, muy alejada de la verdad. No somos tan listos, guapos, interesantes, cultos, asertivos, chachi pirulís como pretendemos demostrar, es decir, que si nos queman la punta del glande con un cigarro, gritamos doloridos y con rabia, un ¡me cago en dios!, que se puede oír casi en Vladivostok, y además muy alejado de la imagen dada en dichas redes asociales (si he puesto asociales). Otra modalidad, es la del súper amigo de red social, o la del culto de copia y pega, que se empeña en culturizar a una masa interesada  en tatuarse ligas y hacerse fotos continuas poniendo morritos. Hay modalidades de ciber idiotas, como de personas, por ello no me puedo extender más aquí, no habría ni tiempo, ni espacio, ni tampoco ganas. Cuidado con los mal entendidos, en las redes también hay personas “normales” que cagan y mean a diario, como yo, y que sabemos que no somos ni tan guais, ni tan sociables, ni estamos tan interesados por la vida de los “innombrables” de Bombay, o por el desove de la perca Tibetana, que diría mi amigo “Farlopo”.

En la “viña del señor hay de todo menos uvas”, eso dice una canción, y es cierto como la vida misma, sin duda, este recorrido por la estupidez humana es muy largo, pasando por los modelos descritos más arriba, y añadiendo otros, como el “cultureta” que sólo tiene pose y muy pocos libros en su mochila personal, o el “duro” de mirada retadora, y que lo más difícil que ha hecho en su vida es no morirse por inanición cerebral, sin olvidar  al “guay” izquierdista amigo de todo y de todos y que sólo consume modas, siendo envidioso, vago y poco comprometido, más allá de lo que el “aparenteo” permite. No podía finalizar sin mencionar al “vinagre quejica” que de todo se queja y de todo saca punta, y aquí me incluyo yo, y es cierto puesto que,  todos tenemos lo nuestro, aunque es peor tener de unas cosas que de otras, inefablemente Nadie es Perfecto, y todos somos mejorables, aunque algunos necesiten un milagro. 

viernes, 17 de junio de 2016

Algunas frases…Capítulo II

Hace algunos meses escribí un artículo en el que recogía algunas frases que a lo largo de la Historia se han dicho sobre España o sobre los españoles, y que pretenden mostrar la visión que de nosotros tienen nuestros vecinos, también nuestros enemigos, o simplemente cualquiera que se haya topado por fuerza o azar con  lo “español”. Ahora quisiera completar el referido artículo añadiendo algunas frases que ahondan acerca de la imagen que hemos construido de nosotros mismos. En estos tiempos de bajeza moral, de falta  de rumbo patrio, de dimes y diretes entre políticos de un nivel más que cuestionable (ya sé que no todos son lo mismo, pero a día de hoy van ya seis meses sin gobierno) es quizás oportuno observar que no siempre fuimos tan serviles, ni estuvimos tan preocupados por estar  al día con  los deberes impuestos por una Europa de diseño, ultra- capitalista y tremendamente injusta
La muy laureada selección española de futbol, la que ha pasado a la Historia como “la roja” hasta hace no tanto era conocida como “la furia” y en mi opinión,  quizás el apelativo originario era mucho más representativo de lo que ha sido nuestro país a lo largo del devenir histórico, cero ilustración, el intelecto aplastado por la tradición y la moralina, y exceso de cojones, simplemente para vivir, y en ocasiones para escribir algunas páginas insignes de nuestra “ignorada” historia, y digo bien,  ignorada historia, desconocida por la gran mayoría, cuando no falseada de forma consciente.   Lema cocido de los Tercios de Flandes, y que se enmarca en la idea expresada, acerca de los atributos masculinos, decía “España mi natura, Italia mi ventura, y Flandes mi sepultura”, dejando más que claro que se perdería la vida para más gloria del Imperio y sobre todo de sus reyes, pero la idea está ahí, morir por eso que llamamos España, y que todavía hoy, no está muy claro que es. Los Tercios asustaron, sangraron y mataron por más de dos siglos, en defensa de la cristiandad, o de los más espurios intereses de estado,   así no es de extrañar que un oficial británico dijese “a los españoles por mar los quiero ver, porque si los vemos por tierra, que san Jorge nos proteja”. Si señores, hubo una época en la que Europa escuchaba a España, por decirlo de una forma liviana.
Cuando el Imperio se tambaleaba,  tan sólo el esfuerzo de unos pocos hizo que no se derrumbara de golpe, y de nuevo la furia, la garra, y por qué no, la sinrazón llevada al extremo de morir matando, en nombre de variados intereses, permitiría a hombres como el almirante Blas de Lezo, decir al almirante británico Vernon, que había fracasado estrepitosamente en su intento por tomar Cartagena de Indias, que “ para venir a Cartagena , es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque esta ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres”. Este héroe olvidado,  cuyo nombre y sus hazañas fueron silenciadas en Reino Unido, y desconocidas hasta hace poco en la propia España, daría su vida defendiendo en tierra y mar, los confines de un imperio que se desmoronaba al tiempo  que  se había esfumado la dinastía que lo fraguase, los Austrias, y así , antes de entregar su vida transmitió un último mensaje a su mujer, y posiblemente a la posteridad, afirmando “ dile a mis hijos que morí como buen vasco, armado y defendiendo la integridad de España y del Imperio”. Blas de Lezo representa, en  gran medida, lo que ha sido ser español, olvidando a sus héroes y dando razón a aquello de “a los españoles les gusta renegar de su país y de sus instituciones, pero no permiten que lo hagan los extranjeros” (incluido el olvido, que también es algo muy español) frase que mencionase el gran corso, Napoleón Bonaparte, cuando admitió que el pueblo español, era fiero, belicoso, poco manejable,  y a pesar que no esté yo muy de acuerdo con sus empeños, el pueblo luchaba en defensa de la monarquía absolutista de Carlos IV y su hijo el rey “felón”, Fernando VII,  cosiendo a cuchilladas a los gabachos, pero también a las bellas ideas ilustradas que traían consigo.

Como vemos, nuestra imagen ha estado vinculada siempre a la lucha por ideales, acertados o no, justos o no, que llevaban al pueblo hasta la misma parca, con mucho sentimentalismo y muy poco raciocinio. En los últimos tiempos, España se ha convertido en una sombra de lo que fue, haciendo caso a los “superiores” intereses de la Unión Europea, y sepultando los intereses de un pueblo, históricamente castigado, como todos, por sus élites dirigentes. Ahora bien, el español siempre ha sido crítico con lo propio, y admirador de lo ajeno, pero nunca servil, jamás arrastrado, eso no iba con nosotros, el poeta Joaquín María Bartrina, señaló  “(…) si un hombre habla mal de España, es español”, y tenía razón el de Reus, nada como un español para poner verde a España, ahora que no lo haga un foráneo o correrá la sangre. Siempre la asociación entre lo español y la hazaña, dando hasta el último hálito de vida por aquello considerado justo, aunque en realidad fuese una barbaridad, por ello, de los españoles que participasen en la segunda Guerra Mundial se llegó a decir “si en el frente os encontráis un soldado mal afeitado, con las botas rotas y el uniforme desabrochado, cuadraos ante él, es un héroe, es un español”. Aunque no sea lo más loable, nuestra Historia ha estado ligada a la lucha, a la guerra, en cierta forma a la barbarie, que hacen un perfecto  maridaje con la defensa de la monarquía,  la tradición y de la más rancia Iglesia Católica. No hemos sido capaces de verter sangre por otro motivos más dignos que los mismos cojones y la rabia ante los otros, sin embrago ese ya es otro tema, que otro día trataremos, la clave está en el siglo XIX, el siglo de las oportunidades perdidas, pero como digo ese es otro tema. Me gustaría acabar este artículo con una frase de Arturo Pérez Reverte, quien dijo que “ser español es saber perder”, cuánta razón tiene el bueno de Arturo.