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lunes, 18 de abril de 2016

Se agota el tiempo

Como menciono en el título, se agota el tiempo para saber si tendremos que ir o no,  a nuevas elecciones. El rey abrirá una nueva ronda de contactos con los dirigentes políticos al objeto de obtener un candidato para una nueva votación de investidura, hay que recordar aquí, que ya han sido dos los intentos fallidos desde las elecciones del 22 de diciembre de 2015. Si señores, desde diciembre " caminamos" con un gobierno en funciones que prácticamente no puede hacer nada, y que impide el gobierno eficaz del país. Si se agota esta última posibilidad, desde mi punto de vista estamos confirmando el fracaso de la democracia en España, asistimos impávidos a la falta de entendimiento de una clase política, nueva o vieja, incapaz de plasmar en un gobierno la foto fija de la voluntad de los españoles que supone, en este caso, el proceso electoral de finales de 2015. No pretendo, ni mucho menos, ser apocalíptico o agorero, pero es cierto, que toda esta situación pone a las claras una enorme incapacidad, al tiempo que manifiesta, desinterés y transmite desidia al pueblo soberano, que mediante voto, señaló en las urnas que quería un parlamento diverso y unos políticos capaces de ver el bien común, siendo artífices de un cambio que supere  sus propios egos en pro del beneficio de la mayoría.
Claro está que no hay un sólo culpable, podemos ver muchas acciones mejorables o reprochables, que de haberse realizado como deben, hubiesen acabado con la parálisis actual. En primer lugar  asistimos, en un claro ejemplo de cobardía política y de estrategia de alcantarilla, a un ganador de las elecciones, Mariano Rajoy Brey, que prefiere obviar el mandato del rey, Felipe VI, que no olvidemos representa al país, no a la mera institución monarquica, y decide  no presentarse   a la investidura, por miedo al ridículo, claro ejemplo este,  de lo que no debe ser un gobernante (cobarde). Mariano ya nos tenía acostumbrados a dar la callada por respuesta, no olviden que ni siquiera acudió al debate televisivo más importante de nuestra historia, que cierto es, es una americanada, pero bueno está, debería haber ido y no mandar en su lugar a una muy diligente Soraya Sáenz de Santamaría (cuatro años de plasma es lo que tienen).
Después del mutismo y la estrategia barata de Mariano,  asistimos al intentó del “socialista” Pedro Sánchez de formar un gobierno en torno al cada día más denostado PSOE. En esta ocasión, desde mi humilde opinión, el intento de alianza fue baladí, puesto que se pretendía una alianza de las izquierdas, que a muchos nos gustó, pero que comenzó a realizarse al revés, es decir con un pacto bilateral con Ciudadanos, partido que representa al liberalismo económico, y supuestamente al centro derecha ideológico, y que al necesitar después el apoyo de Podemos e IU, e incluso otros grupos, dada la imposibilidad matemática de conseguir mayoría en la Cámara Baja, estaba avocado al más rotundo fracaso. Las posiciones económicas entre ambos extremos de la posible coalición eran imposibles, y tras dos meses de arduas negociaciones y dimes y diretes, el acuerdo no fue posible y se retorna a la situación originaria, eso sí, con cada vez menos tiempo, y con una ciudadanía más que harta, del inmovilismo político, todo ello aderezado con buenas y constantes dosis de corrupción, evasión fiscal y demás podredumbre del sistema.
En este periodo de falta de entendimiento entre los “dos gallos del corral”, por culpa de un tercero, es decir la mala relación entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias (con alusiones subidas de tono, y poco acertadas, como aquella de "la cal"), y el acercamiento del primero a Albert Rivera, la actuación del Partido Popular, ha sido cuanto menos  bochornosa, haciendo de la crítica rastrera su forma básica de actuación, culpando  constantemente a Pedro Sánchez de la paralización institucional del país, obviando que en su momento, tanto el PP, como su “líder” Mariano Rajoy,  no hicieron nada, en absoluto, por conseguir un gobierno estable, haciendo de la paciencia y la crítica su forma de acceso al gobierno.
Parece ser que las últimas encuestas auguran una caída del PSOE (deglutido desde la Izquierda y desde el centro) y de Podemos, al tiempo que el centro derecha y la derecha (todos son de derechas, que miedo a decir la verdad), ascienden en intención de voto, es decir, Mariano Rajoy, si se celebrasen nuevas elecciones podría de nuevo ser presidente del gobierno, con el apoyo de Rivera, todo ello usando una estrategia de “cobardía” y falta de “gallardía” política, metido constantemente en la trinchera de su propio miedo.  No se negará a Pedro Sánchez el empeño en ser presidente del gobierno, a pesar de olvidar las siglas de su partido político, que dice ser socialista pero prefiere la alianza con el neoliberalismo económico, que con la izquierda española.  En definitiva, España lleva meses sin gobierno, con unas cifras de paro demoledoras, con leyes terribles para la ciudadanía, con una corrupción vomitiva, y también con una clase política que no ha sabido ser capaz de superar sus diferencias y buscar el bien para la nación, por encima de los intereses de partido. Sí , yo acuso a los políticos españoles de incapaces, de no tener talla para conducir la realidad de los españoles, de no estar a la altura de la Historia, más  preocupados de obtener un  resultado óptimo a sus intereses  que de escuchar a un  pueblo  que ya habló hace meses,  es cierto que el tiempo se agota, y la paciencia también. 

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