Los tres pequeños textos que les presento a continuación constituyen mis primeros balbuceos en el mundo del "microrrelato", espero que sepan perdonar tan atrevida incursión.
No pudo evitar sentir un escalofrío al devolver el saludo que le enviaba aquel caballero desde la otra esquina. El oficio de verdugo no dejaba de sorprenderle.
Lejos habían quedado los insultos, las vejaciones y las burlas. Tartaja, metralleta, llorón, tonto. Hacía años de aquello, pero aquel rostro le condujo a sus años escolares. Tan sólo el codazo de la enfermera le devolvió a la realidad. El bisturí doctor.
Se sintió muy orgulloso al ver su nombre en una placa. Era todo un reconocimiento a sus esfuerzos, y a su desmedida entrega en una labor muy peligrosa. Todavía tardaría en darse cuenta que estaba en un camposanto.