Habiéndome abandonado la musa que vino a verme esta mañana cuando me duchaba, me veo obligado a escribir sobre un asunto que no era el que aquella me inspirase al comienzo de la jornada. No se me ocurría nada, pero he recordado que el otro día, viendo la Televisión, se planteaba el asunto de las "presuntas" amantes del emerito rey Juan Carlos I de Borbón, aquel que fuese apodado el "breve", y recuerdo también, como mi indignación crecía conforme se iban aportando datos de las continuas infidelidades del que fuera Jefe del Estado español. Por ello, me he planteado escribir unas líneas sobre el asunto que sirvan para manifestar mi opinión sobre el mismo, y mi cada vez más firme determinación republicana.
En primer lugar me gustaría reseñar que me importa un "comino" las relaciones que haya tenido o deje de tener don Juan Carlos de Borbón, cada uno con su vida es libre de hacer lo que quiera. Ahora bien, no olvidemos que de quien hablamos en el artículo representaba por aquel entonces a todos los españoles y se le presuponía ejemplaridad, lo que no concuerda muy bien con el papel "misero" en el que hacía quedar a su consorte, doña Sofía, convertida en sufrida mujer de "borbón" infiel y portadora de majestuosos cuernos por casi cuarenta años de trono.
Antes de entar en harina o mejor antes de coger al toro por los cuernos, me gustaría hacer un somero repaso familiar, que promete ser tan sólo eso, un repaso. De todos es conocida la afición de los Borbones a las infidelidades, lo que hace casi inabarcable repasar la lista de "cuernos" protagonizada por esta insigne saga real desde su llegada a España en 1700. Por mencionar algunos ejemplos no muy alejados en el tiempo, podemos iniciar este recorrido con Isabel II, a la que se le atribuyen numerosos amantes, de tal forma que se considera que ninguno de sus hijos fuese de su primo y marido, Francisco de Asís, al que la misma reina llamaba "Paquita". Así se han barajado nombres como el general Serrano, el cantante José Mirall, el capitán José María Arana, o el también capitán, en este caso de ingenieros Enrique Puíg Moltó, supuesto padre de Alfonso XII. El propio Alfonso XII continuó con las aficiones maternas y a pesar de su corta vida y su exiguo trono, apenas once años, se le atribuyen varias amantes, que hiciesen más llevadera su triste existencia. Entre ellas destaca la figura de la cantante de ópera Elena Sanz, quien le diera un hijo, mayor, que el heredero Alfonso XIII, llamado Alfonso Sanz y Martínez de Arrizala. Por no eternizar el asunto referir también que el hijo postumo de Alfonso XII, el mencionado Alfonso XIII, como no podía ser de otra manera también fue ducho en las lides de las infidelidades y engendró varios hijos "bastardos", el conocido Leandro de Borbón, puesto que este si consiguió el apellido regio, y María Teresa Ruíz Moragas, ambos hijos del citado rey y la actriz Carmen Ruíz Moragas. En fin...que esto de no ser fiel a la pareja es algo ligado a los Borbones, o al menos eso dice la Historia.
Pero volviendo al asunto que nos toca que sigue la misma línea mencionada hasta el momento, el emerito monarca don Juan Carlos de Borbón ha tenido numerosas amantes a lo largo de su reinado, que ha sido muy largo, treinta y nueve años, y que seguramente hubiese sido mayor si las infidelidades y demás metidas...de pata del rey no hubiesen sido tan flagrantes. El hecho que el rey tenga amantes, no es de extrañar con los antecedentes señalados, pero que para mantener su imagen pública de hombre de estado, entregado a España, a su familia, ejemplar y buen cristiano de misa dominical, tengamos que pagar los españoles el silencio que sus "numerosas" amantes le exigían por no tirar de la manta, es harina de otro costal, y este dato cambia el artículo. Señor Juan Carlos de Borbón y Borbón, acuestesé con quien quiera, vitupere su nombre y el de su señora (que tiene ganados los cielos), pero pague silencios y escandalos con su dinero, no con el dinero que los españoles le pagamos para que haga de "jarrón decorativo" exótico y poco necesario. Es cierto que nadie considera el tema "monarquía o república" como una necesidad imperiosa para los españoles de nuestros tiempos, sobre todo dado el paro existente y la falta de perspectiva de futuro que hay, pero cuidado, la corrupción si es algo que nos preocupa, y dedicarse a ir de flor en flor con la bragueta bajada y el pendón a media asta por muy rey que uno sea, o por muy Borbón y Borbón, es corrupción, no se si vulnerando las leyes (que siempre te protegerán), pero seguro que pisoteando la más mínima ética y moral que se suelen adscribir a dicho cargo.
La nómina de amantes del rey de la Transición es tremendamente nutrida, apareciendo siempre en la misma Barbara Rey, Paloma San Basilio, Marta Gayá entre otras, y en los últimos tiempos la denominada princesa Corinna, la alemana que organizó el safari de Bostwana del que el rey vino lesionado, y tocado, nadie entendía como en plena crisis el monarca se dedicara a cazar elefantes en África, mientras España estaba pasando los peores momentos desde la posguerra del pasado siglo. El rey pidió perdón por aquello, pero su trono no se recuperaría del elefantazo, y con el devenir del tiempo nos damos cuenta que su papel como mediador en la transición hacia la democracia, no justifica que gaste el dinero de los españoles en tapar asuntos de faltas, no has sabido aguantar Juan Carlos, te has venido arriba y como buen Borbón que eres has cedido a la corona y a lo que la misma conlleva, y así de amante en amante, de protesis en protesis, o de safari en safari, te has cargado el legado de la transición, de nada vale el haber frenado a los golpistas, si luego no has estado a la altura de la Historia. Reconozco mi republicanismo, incuestionable, es lo que tiene creer en la Libertad, y entender que sin Igualdad la misma es una quimera, y reconozco también la lastima que siento por la figura de doña Sofía, testigo casi mudo de un hombre parece ser comprometido con España y con su lívido.
Para finalizar reiterar mi compromiso republicano, España, los españoles no sé merecen esto, es necesario que quien nos represente se someta al voto del pueblo, y que si en el desempeño de sus funciones no está a la altura tener resortes para poder sustituirlo por otro representante elegido de forma democrática. Esto no va a suceder en mucho tiempo, como siempre estamos dormidos, y como siempre también despertaremos del sueño enfadados y con ganas de armarla, espero que seamos responsables y no la liemos como es costumbre. Ahí queda eso, y Viva la República.