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viernes, 17 de noviembre de 2017

"Malditas las Guerras"


Aquella mañana de julio, era bien temprano cuando Antonio salió de su casa, tan temprano que “la fresca” todavía permitía respirar, el verano es muy duro en la provincia de Badajoz. Su mujer embarazada había quedado en la cama, para qué levantarse tan temprano, tiempo habría de asarse a lo largo del día. Decidió dar un largo paseo, luego iría a ver a su hermano Rafael, pero de momento le apetecía caminar. La cosa estaba muy tensa en el país, y las pocas noticias que llegaban eran confusas, y alguna de ellas poco tranquilizadoras. Era ya una evidencia que algunos generales africanistas se habían levantado en armas en contra de la República, pero de momento, el gobierno de Madrid llamaba a la calma, no había porque alterarse, la cosa se solucionaría en poco tiempo, de momento el golpe militar no pasaba de las guarniciones africanas y de algunas zonas del país dominadas de forma permanente por la derecha católica o los propios carlistas.  Casi sin darse cuenta, como un autómata, los pasos le llevaron al Negresco, un bar de esos que sirven para medir como marchan las cosas en el pueblo y en el país. Nada extraño, algún paisano que había empezado a empinar el codo más temprano que de costumbre, y la charla incesante de Luís, el dueño del establecimiento, hombre serio, que tenía un cierto aire de marinero, pero que como casi todos los lugareños, no había visto el mar ni en fotos.  Con poco sosiego apuró un cigarrillo al tiempo que daba pequeños sorbos a un café negro, y bastante aguado, en el diario Hoy, no encontró nada reseñable, noticias de corto alcance, obituarios y anuncios de Dentistas con novedosas técnicas y modernas consultas, de momento no debía cundir el pánico. Decidió acudir al Ayuntamiento, ya debía encontrarse su hermano Rafael allí, además le debían abonar unas facturas del taxi que trataría de cobrar, de poco servía ser hermano del alcalde en tiempos de escasez, se dirigió calle arriba, la Plaza estaba despejada, y el Ayuntamiento comenzaba a estar igual de concurrido que siempre aquel lunes 20 de julio de 1936. Con ánimos renovados entró en el consistorio municipal.

Francisco Ferrón se afeitaba en su casa, había dormido mal, el calor era asfixiante durante el día, y por la noche, aunque refrescaba no permitía el descanso, no era suficiente para aliviar las casas. De todas formas, el calor era lo de menos, por su cabeza rondaban otros pensamientos más preocupantes, el país estaba amenazado por la Guerra, los golpistas habían enseñado su cara verdadera, aquel general gallego de voz de pito, aquel Franco se había quitado la careta, ¡cuídate de los mansos!, pensó. Mientras se quitaba el jabón de la cara y se aseaba encendió su vieja radio y con creciente preocupación pudo comprobar que el golpe se extendía, pero aún no había triunfado en todas partes, la República resistía, tambaleante, pero aún viva, había que armar a los obreros, no había otra posibilidad. Rebuscó entre los papeles de la mesa, y encontró el panfleto que había firmado el día anterior junto con otros compañeros de la agrupación local del PSOE, ahí estaba, se titulaba “Extremeños”, y llamaba a la resistencia armada de los obreros contra los “señoritos fascistas”, así los había llamado el bueno de Timoteo en el texto, poco más que eso se podía hacer por el momento. Aunque no le apetecía nada salir de su casa, eran tiempos para andarse con ojo, más siendo alguien señalado como él, que ya había vulnerado la Ley de Huelgas en el 32, se vistió y se dispuso a marchar hacia el Ayuntamiento, donde trataría de sopesar el asunto del golpe militar con el alcalde, Rafael García Calderón. Sin prisas anduvo el corto camino que le separaba del mismo, departió con unas señoras que sabiendo su cargo como concejal le interrogaron sobre lo que oían en las radios. No será posible señor Ferrón que nos metan en una guerra, o señor Ferrón, dicen que Cáceres se ha sumado a la rebelión, ¿verdad que no va a pasar nada?, con una triste sonrisa tranquilizó a las mujeres y llegó a la Plaza. Trasiego de gentes, entró en el edificio, el alcalde ya esperaba su visita.

Desde la ventana el amanecer le permitía observar una era repleta de aperos de labranza, desperdigados a lo largo y ancho del terreno, también se podían distinguir los campesinos que emprendían su tarea cotidiana, y acarreaban bultos que iban situando cuidadosamente sobre burros y asnos. Pronto se encontrarían en las parcelas del camino de Magacela bregando, y no regresarían al pueblo hasta bien entrada la tarde. Para esas horas ya todo estaría decidido, o triunfaba en sus propósitos o acabaría en una oscura celda. Cogió un vaso y lo relleno de anís, bien cargado, ya había repetido esta operación dos veces más, quería estar animado, pero no sobrepasado, la labor requería cojones, y el calorcito del licor bajando por la garganta ayudaba a conseguirlo. Se abotonó el uniforme con esmero, y se puso unas botas que había limpiado y lustrado a conciencia para la ocasión. Frente al espejo acabó de peinarse y atusarse el pelo, que llevaba un poco más largo que de costumbre, sería del ajetreo de los días previos a ese momento. Miró su rostro con satisfacción, respiró hondo, y se dijo que todo iba a salir bien. Una voz desde el pasillo le sacó de sus pensamientos y respondió con voz seca; ya voy, que esperen un poco, ¡coño! En el patio del cuartel le esperaban veinticinco guardias perfectamente uniformados y armados, que se cuadraron cuando vieron entrar al Capitán Gómez Cantos en la esplanada. La arenga poco tuvo de buena oratoria, fue un conjunto de tacos, juramentos y exaltación patriótica, en la que se juró hacer pagar a los malditos rojos sus desmanes en contra del orden y del país. Tras escupir en el suelo y prender un purillo ya prendido anteriormente, ordenó a los guardias montar en los coches, cinco bastaron. A los pocos minutos los guardias se apostaban en los puntos clave de la Plaza, al tiempo que Gómez Cantos con un grupo armado entraba en el consistorio. El reloj de la Iglesia de la Asunción daba once campanadas en ese momento, y otro grupo de hombres, con camisas azules cercaban el centro de la vida de Villanueva de la Serena.

Esta pequeña recreación corresponde al libro que lleva por nombre “Grupo de Cáceres. Fusilados en Medellín”, que ya publiqué en 2007, y que ahora, corregido y ampliado,  aprovechando su décimo aniversario he  vuelto a publicar. No es una novela, ya me gustaría a mí, es un libro histórico, apoyado principalmente en una causa judicial, la que el franquismo emprendió contra estos hombres, en concreto la Causa 4.251/39, y las actas de Pleno del Semestre del Frente Popular en Villanueva de la Serena. Se narra la historia de mi abuelo, y de sus hermanos, así como la de una treintena de hombres de Villanueva de la Serena, y poblaciones cercanas, que se cruzaron con un monstruo de la guerra Civil, el famoso Gómez Cantos, capitán de la Guardia Civil e insigne depurador en los momentos iniciales de la dictadura. Pues eso, lean mi libro, cómo hacerse con él, pues o me mandan un correo, a la siguiente dirección igssuances@hotmail.com, o bien contactan con la Editorial Círculo Rojo y ahí les informarán. Nada más señores, como siempre buena tarde.



martes, 24 de octubre de 2017

"Apatrullando el acerao"

La tormenta catalana parece no tener fin, y desde hace meses no se habla de otra que de "Puigdemont", del artículo 155 y de la ruptura o no de España. Son tiempos difíciles, de los que no sabemos muy bien como escaparemos. En Extremadura el tiempo se ha detenido, al igual que en otras zonas del país, donde quizás, y en función de los acuerdos bajo cuerda entre el gobierno central y sus socios nacionalistas, volveremos a quedarnos sin oposiciones, y recibiremos cero inversiones de todo tipo. Sin embargo, al menos, se ha convocado una manifestación por un tren digno para Extremadura, que se llevará a cabo el proximo 18 de noviembre en Madrid, y que desde aquí apoyamos de pleno ( sin entrar en polémicas de corte político de las que somos totalmente ajenos). ¡Tren digno ya! y también autovía entre Badajoz y Cáceres, y pago de la Deuda Histórica, y porqué no, electrificación del tendido ferroviario, y subvenciones por mantener Extremadura verde y sin contaminar. Y mil cosas más que dejaremos en el tintero de momento. 
Sin embargo hoy me apetece hablar de un asunto mucho más banal, aunque igual de molesto que alguno de los mencionados más arriba. Hoy quiero tratar sobre los vigilantes de la calle, aquellos que se conjuran contra uno en el momento de buscar un mísero trozo de suelo para depositar el vehículo, o más claro, para aparcar el coche sin perecer en el intento. Como todos ustedes saben, circular por cualquier ciudad más o menos transitada del país, supone un riesgo importante, porque es conocido que subir en un auto transforma a las personas, y el manso se convierte en fiero, el valiente en temerario, y el torpe acaba siendo muy torpe y el listo muy listo, con lo que la cosa se complica, y el nivel de ansiedad se multiplica por diez, un tropezón a pie que se solventa con un "perdón, le he pisado sin querer", en el vehículo equivale a un "me cago en las mil putas que te han parido, so cabrón ahí revientes y te partas los cuernos", por un simple adelantamiento sin poner el intermitente. Pues bien, si la conducción es compleja, el encontrar aparcamiento se torna en un empeño prácticamente imposible, de proporciones dificilmente descriptibles. Cuentan los leídos que cuando uno va a una ciudad grande, donde hay que moverse utilizando distintos medios de transporte, salir a la calle supone comenzar a gastar, y cuidado, en nuestra pequeña ciudad de provincias, pongamos que hablo de Badajoz, el gasto también se está generalizando, y no por los medios de transporte, leanse tranvías, metros o trolebuses, sino que el gasto viene en parte determinado por los vigilantes del acerado, o controladores del asfalto, que se pueden referir de ambas maneras. Así, si tienes la mala suerte de pillar el semáforo en rojo, te asalta una "marabunta" de transeuntes con un cepillo en la mano que te ofecen, en el mejor de los casos, a veces ni eso, sus servicios de rallado elegante de luna delantera, al tiempo que te hacen una explicación gráfica de lo complicado de sus situaciones personales, como si los demás viviésemos en un paraiso terrenal y no tuviésemos ningún tipo de problema, cobrando por arañazo la voluntad, que no baja del eurito por sesión, ecuación esta que  al cabo de los días comienza a requemar por dentro como una babilla acida. Si superas el semáforo y la conducción en la jungla, salvando todo tipo de obstáculos, algunos singulares, como el señor mayor que con garrota en mano te indica a voces que pases, que circules, que el se espera un poco más en medio de  la calle hasta que acabe de generar un accidente, comienza la labor de aproximación al objetivo, el ansiado aparcamiento. Siempre que uno va a aparcar y no encuentra aparcamiento, una de dos, o las dos, o bien te haces pipí, o popó, sino como digo las dos, por lo que el carácter y el nivel de ansiedad van "in crescendo" al tiempo que entre el volante y el asiento se libra una ardua batalla de apretujones de vejiga y ventosidades escapistas que hacen que las ventanillas se bajen hasta solas. Cuando el sudor copa el rostro y la esperanza se esfuma entre tacos y juramentos varios, cuando los acelerones y frenazos se han oido cuatro manzanas más allá del barrio, por fin atisbas un hueco, estrecho, feo, casi entallando el coche, pero te parece el mismo paraiso, en poco rato objetivo conseguido, y justo ahí, aparece un tipo elegante que se airea constantemente la camisa, y te da indicaciones brazo en alto, ¡endereza!, ¡gira! ¡tuerce!, se trata de un vigilante del asfalto, vamos de un gorrilla, el de mi barrio no lleva gorra, pero de cara va sobrado, porque coño, no se puede ser tan buitre y estar todos los días con la camisa aireada y soplano un euro por ver un aparcamiento que tú, que vives en esa zona, no sólo has visto es que casi hasta hueles los huecos entre coche y coche. Si contamos los arañazos, los gorrillas y dos tíos vestidos de negro tirando cosas delante tuya en otro semáforo, aproximadamente has gastado en propinas voluntariosas unos tres pavos, que al cabo del mes pesan para economías se sueldo base.
Si la ley de Murphy libra y te libras de los gorrillas te puedes topar con un personaje todavía más peligroso, aquel que pasa día y noche aparacando el coche en la zona y que generalmente no hace otra cosa al cabo del día, por lo que la batalla está inexorablemente pérdida. En mi barrio este tipo de personaje está representado por un abuelete, lógicamente jubilado, con parcela y con dos autos, un Pandilla y un "todoterreno" de los viejos, el caso es que vengas a la hora que vengas está haciendo guardia para aparacar, está aparcando, ha aparacado o, en algunos casos, y tiene dos coches, reserva sitio para uno de sus hijos, si tiene visita. La capacidad de este hombre no tiene límite, una noche me levante a orinar y al pasar por el salón que da a la calle pude ver que ya había comenzado la patrulla, en plena madrugada, este comportamiento enfermizo debe estar diagnósticado, es una especie de "Diógenes" de los vados, terrible de verdad.
Después de superar estas difíciles pruebas, que ya les advierto no todos los tapacubos soportan, por aquello de los volantazos y los tacos, fase ya explicada, por fin te orillas, intentas recomponer la camisa, ha quedado empapada y arrugada, te quitas el sudor de la frente, prueba superada, las pulsaciones vuelven a bajar de ciento ochenta por minuto, una incipiente torticolis te clavetea el cuello por la tensión, se acabó el coche y la batalla, mañana será otro día. Unos pasos más alante te das cuenta que te están observando, que han dado cuenta de todos tus movimientos, juramentos y palabrotas, observas y ahí arriba está con una sonrisilla de triunfo, el tipo ese del primero que trabaja menos que un "espía sordo", otro tipo nuevo de cotilla, el Alcahuete de Nintendo. Como siempre buena tarde amigos.

sábado, 30 de septiembre de 2017

De referendum, banderas y raíles.

Desde los trágicos sucesos de agosto en donde, de nuevo, fuímos golpeados por el terrorismo, mal llamado, islámico, que regó de sangre las calles de Barcelona y otras poblaciones cercanas, en todos los mentideros del reino patrio se viene hablando de forma constante, abrumadora y cansina de la posibilidad de independencia de Cataluña, a partir de la intenciones del gobierno nacionalista catalán de convocar un referendum y tratar de avalar su idea de romper con España. Pues bien, de eso vamos a hablar esta tarde, a pesar que me he resistido a ello, pues es meterse en "camisa de once varas", porque el asunto es serio, y muy complejo de solventar. Pero hablar de eso, nada más, no tendría más interés que si hablasemos del tinte rubio de Maria José Campanario, por tanto, añadiremos de pasada dos asuntos más que deberán esperar a la lectura del artículo, pues no desvelaré mis intenciones. Veo que me estoy convirtiendo en un maestro del suspense (obviando las pistas que el título ofrece). 
Comencemos pues con el asunto. Me parece un abuso intolerable e inconcebible, que desde hace más de un mes, la noticia del día, sea siempre la misma, es decir, el enfrentamiento entre el nacionalismo catalán y el gobierno nacional sobre el refrendum que está convocado, de forma ilegal, para el 1 de octubre, por el gobierno catalán y sus socios de corporación. Desde luego que es una noticia importante, pero creo que el tratamiento que se está dando al mismo ha sido, es y será, de todo punto insufrible, vamos que la opción para estar libre y guarecido de este acoso es poner telecinco y disfrutar de la revolución que supone un "gran hermano" repetitivo, alelado y con menos gracia que un caldo de habas. Mi opinión sobre el asunto catalán es meridianamente clara, no se puede celebrar el referendum, sencillamente porque no es legal, así no, la ley está para cumplirse. Ahora bien, no podemos negar que las relaciones entre Cataluña y España se tienen que reescribir, hay que sentarse y hablar, y ante todo escuchar, abandonando las posiciones fijas, al menos en la medida de lo posible. Sin embargo, todo esto se debe articular de una forma democrática y dentro de los cauces que marca la Constitución, y con el tiempo, seguramente el Referendum Legal se hará, con la misma normalidad que se ha relaizado en otros lugares como Escocia. 
Hay que saber que todos los territorios tienen peculiaridades propias, así como puntos en común, mi tierra Extremadura goza de muchísimas peculiaridades que nos hacen distintos del resto del conjunto español, sin embargo no existe un ideal nacionalista, ni mucho menos, a pesar de que contamos con una rica tradición histórica, a veces más cercana al resto del conjunto, y en ocasiones más lejana, pero como todos sabemos, aquí nadie se plantea nada al margen de España, a pesar de que la madre patria nos ha abandonado durante siglos, motivando que incuso nuestro rey, Alfonso XIII, entre baile y cabaret, viniese a Extremadura, y se quedase asombrado con la forma de vida de las Hurdes, aunque no hiciese un ápice por mejorar la misma. Sin embargo, a pesar de lo dicho, hay territorios donde ha surgido un sentimiento nacionalista que busca articular su propio estado, al menos eso dicen, porque también sabemos que en ocasiones lo que hay detrás de estas pataletas es la búsqueda de una mejor financiación, es decir que lo que se busca es la "pela". Yo no me opongo a nada de esto, y de verdad, como lo siento, no me siento ofendido porque un ciudadano catalán busque de forma legal y pacífica, articular su propio estado, sinceramente, ni me inmuto, que cada cual haga lo que quiera con su vida, pero ello dista mucho de lo que sucede hoy en Cataluña, donde aquellos que no quieren dejar de ser españoles se sienten presionados por aquellos que enarbolan esteladas y vociferan slogans falsos como aquel que afirma que España les roba. La democracia es para todos, y es siempre, no sólo cuando nos interesa a nivel personal o colectivo. 
Una cosa más para zanjar el asunto de Cataluña y hablar de otra cosa, aunque sea por variar del resto, hay algo que me da arcadas, y es el desarraigo, es decir, que gran parte de los que dirigen el cotarro independista catalán, son nacidos allí, pero sus padres y abuelos proceden de otros territorios, vamos de Extremadura, Andalucia o Murcia, principalemente por ser territorios de migración en los años sesenta. Eso se llama desarraigo, y da pena ver como algunos, con muy pocas dotes intelectuales y menos aún oratorías, aburren al personal con un desprecio y una soberbia que no se muy bien de donde se alimentan, en las sesiones plenarias nacionales o en el circo en que han convertido al "Parlament" catalán. 
A colación del asunto catalán, en el resto del territorio, algunos han comenzado a desplegar banderas españolas en sus balcones y fachadas, hasta el punto que más de uno se habrá pensado que se había adelantado la semana santa, o que otro gol de Iniesta nos hubiera dado el segundo mundial. Nada más lejos de la realidad, se trata de un intento, en mi opinión muy pobre, de mostrar una supuesta españolidad, ante la agresión catalana. Como he mencionado más arriba, la ley actuará, y algunos de los mastuerzos que mal dirigen Cataluña darán con sus huesos en la cárcel, pero sin duda, el sentimiento de los nacionalistas catalanes, no altera lo más minimo mi estado general, vamos que no me merece la pena ni  pensarlo, de tal forma que hacer gala de la españolidad como respuesta a lo que se haga en uno u otro lugar, me parece cuanto menos absurdo. 
En mi corto entender sobre el asunto, creo que nacer en una parte o en otra, no tiene más merito que el que nuestros padres hayan querido o podido estar en dichos lugares, vamos que no hay que hacer una oposición a judicatura y sacar un diez para ser español, basta con que tús padres lo hayan sido antes y te tengan dentro del territorio nacional, lo mismo para un catalán, o incluso para uno de Burundi o Nepal. Como no hay mérito en ello, no entiendo orgullo en ninguna parte, pero bueno puedo respetar estas acciones, en democracia todo vale, mientras se respete la ley y la Libertad prime sobre el atractivo Libertinaje. Por tanto estoy de acuerdo con todos los que ondean banderas españolas, y asumo su españolidad, que pasa por reconocer que tenemos sangre musulmana, por aquello de los ocho siglos que estuvieron en nuestras tierras españolas los omeyas, también hay que saber que antes que católicos fuímos arrianos, como los visigodos, o judíos, que también hubo muchos, hasta el punto que a la rama hebrea española se  le dio un apelativo propio, los "sefardíes". De igual forma debemos reconocer que ser español es ser griego, romano, o tartesico, y que hemos sido muchas veces reino, pero también republicanos, por dos veces, enarbolemos todo eso con la bandera rojigualda, porque todo eso es ser español. Nuestra Hispania, fue Castilla y Aragón, pero también reino Nazarí de Granada, todo ello debe representar la españolidad, junto con el mestizaje en america latina, y las Leyes Nuevas de Indias, al lado justo de la Inquisición, eso es España, también Cataluña, por supuesto, con Euskadi  y su nacionalismo. 
El último tema que me gustaría tocar esta tarde de referendum y españolidad hace referencia a un asunto mucho más importante. En el título hago alusión a lo mencionado hasta ahora y añado la coletilla "raíles", y es que mientras en Cataluña planean la independencia y en el resto del territorio decoran los balcones de sus casas, en Extremadura, nos conformamos con un tren que podría ubicarse en cualquier país no desarrollado del planeta. Cierto señores, dejemos las banderas y las cortinas, en este caso de humo, y peleemos porque España atienda a nuestra región, que es algo más que la despensa del país o lugar de cacerías de señoritingos patrios o ajenos. En Extremadura tenemos tramos de vías que se pusieron durante la Dictadura de Primo de Rivera, es decir que tienen casi cien años, no contamos por otra parte con ni un sólo metro de vía de alta velocidad, que es lo de menos, yo quiero "el ave", pero también un tren que no tarde seis horas en llegar a Madrid. Seguimos meneando banderas y chorradas, mirando de reojo a los demás, pero no somos capaces de levantar la bandera de la dignidad y marchar todos, como Extremeños y reclamar que de una vez por todas se nos tenga en cuenta, más allá de cacerías, berreas o turismo rural,queremos ser tomados en serio, debemos unirnos y luchar el futuro, si no lo hacemos nosotros nadie lo hara, lo del tren es sólo la punta del iceberg, hay mil asuntos más en los que todavía estamos a años luz del resto de la España media, ni que decir tiene que todavía estamos más lejos del nivel de Cataluña, País Vasco o Valencia. Mientras en la televisión anuncian el corredor Mediterráneo a Extremadura le privaron de la alta velocidad, había que compensar el apoyo del nacionalismo catalán a los gobiernos nacionales, en este caso concreto al de Zapatero, pero que más da, en esto son todos iguales, siempre pierde mi tierra. 
Pues nada mañana seguiremos con el espectáculo catalán, y otros pondrán la banderita en el estado del móvil, y Pedro un extremeño que trabaja en Madrid, tendrá que irse un día antes para llegar, porque claro, va en el tren de los abandonados. Buena tarde señores...

miércoles, 30 de agosto de 2017

La receta del líder



Apuntándome a la moda gastronómica que nos persigue, desde hace ya tiempo, he decidido dedicar el artículo de hoy a una tradicional receta culinaria propia del país, más degustada incluso que el gazpacho andaluz, el cocido madrileño, o las fabes asturianas. Me estoy refiriendo a la receta del líder, a la cocción y preparación de un  referente al que adorar y reverenciar  en estos tiempos difíciles por los que atravesamos.
Como toda receta debe contar con una serie de ingredientes y seguir una serie de pasos en su preparación.  Entre los ingredientes necesarios nos encontramos los siguientes:
1) Hay que contar con un público decidido a asumir el nacimiento de un nuevo líder, sobre todo cuando en la mayor parte de las ocasiones nos encontramos con botarates que no ven más allá de su mediocridad. Los partidos políticos cuentan con hinchadas que suelen deglutir bastante bien las ocurrencias del “aparato” de turno.
2)  Por otro lado hay que legitimar  este “surgir” de la nada con  unas sólidas bases, por lo que a menudo si el líder no está casado, se le busca una pareja y se le casa, si no tiene estudios se le facilitan unos títulos, más o menos legales, que traten de justificar que lo que nos están presentando como oro en paño no pasa de hojalata de la mala. No se crean que exagero en mis apreciaciones, la realidad es todavía más hiriente que lo aquí refiero en tono de chanza. No importa la calidad, señores, sino que el elegido/a cumpla con los objetivos de los “sabios”, que suelen coincidir con los de los poderes económicos. Tratarán de hacernos creer que el desconocido que despunta como nuevo dirigente lo hace por la propia fuerza de su liderato, hecho además avalado por una militancia que sabe ver su magnificencia  entre la zafiedad del resto de candidatos, si  es que se mantiene la ilusión de pluralidad democrática.
3) Es de todo punto necesario contar, además,  con unos medios de comunicación que transmitan la fuerza del líder, su bondad, su inteligencia, su altruismo y gran corazón. A nivel nacional o internacional, esta labor es realizada por grandes empresas que actúan como mercenarios secundando y apoyando las iniciativas llevadas a cabo por su patrón, lógicamente  a cobro de talón. En nuestros días y a escala menor, en los Ayuntamientos o Diputaciones, suele haber un equipo de trabajadores (del partido del jefe) que en las denominadas “redes sociales” se encargan mañana, tarde y noche de defender todas y cada una de las acciones del amo, que generalmente no suele atender estos canales dejando dichas labores a los subalternos.
En la misma línea,  y como forma de propaganda,  también suele existir un panfleto mensual que se encarga de poner al día a los sufridos lugareños de las últimas inauguraciones que se han realizado en la localidad. En dicho documento no hay página en la que no aparezca el líder, sus acólitos y mucha gente de relleno, porque hay que rodearse del vulgo, si son ancianos o niños, mejor que mejor.
4) El último ingrediente lo conforma la sociedad, los votantes, porque hay que saber que gran parte de estos idiotas con ínfulas de poder llegan a los gobiernos e instituciones por nuestros votos, o por nuestra incapacidad para hacer ver a los que apoyan esta basura que dejen de hacerlo. Es muy complicado convencer a la gente, cada persona tiene una enculturación distinta, una educación y una cultura diferentes, y en muchos casos estos últimos elementos brillan por su ausencia, lo que se traduce en animales sin formación como presidentes de grandes potencias, caso de Trump, memos rodeados de corrupción que no respetan al pueblo haciendo ruedas de prensa por medio de televisiones de plasma, como Rajoy, o mentecatos alelados que no han leído un libro en su vida, en muchas de las alcaldías de nuestra “piel de toro”  patria. Ante este desolador panorama no es de extrañar que el expresidente Obama vaya a dedicar su tiempo en preparar a los líderes del futuro, precisamente para eso mismo para que siga habiendo posibilidad de futuro.
Con los ingredientes en la mesa se lleva a cabo la receta, que comienza con la elección y aprobación de un tonto útil, aunque cuidado con la selección del tonto, puede que este no sea tan tonto como se espera  y se rebele, luego es terrible la situación que se abre,  puesto que habría que desmitificar lo mitificado y desencumbrar lo encumbrado, quedando la cosa un tanto menos creíble. Una vez elegido el tonto se le legitima, se le casa, se le pone un traje de los domingos, unas alzas si es bajito, y se le pasea como si de un dios en vida se tratase. Convertido en “honoris causa” el lumbreras hace paseíllo por plazas, calles, saraos o “eventos”, al objeto de vender el producto, mejor un año antes de la campaña para que vaya rodadito. El líder no va sólo, lleva un nutrido grupo de "discípulos trepadores" que se limitan a corear las consignas dadas. Si con ayuda de los medios de comunicación comprados o propios se consigue llegar al poder gracias al apoyo del pueblo,  ya tenemos el plato en la mesa, un líder de bajos vuelos, que puede incluso ser prescindible en un momento dado, pero que como digo, cuidado de pasarnos con la sal, porque a veces pueden resultar estomagantes y muy difíciles de anular. Esta receta suele venir acompañada de una sobremesa plagada de nepotismo y redes clientelares, donde ayuntamientos y diputaciones se convierten en las principales empresas del lugar o en cementerios de elefantes donde cobijar tanto esfuerzo en pro de los demás. Todo ello regado con unas buenas dosis de incompetencia, chabacanería e idiotez supina, donde los secuaces del líder se convierten en raptores de la libertad y de la democracia del pueblo.
Nada más señores, el verano se va apagando, y las piscinas están cada vez más vacías, ya mismo toca trabajar otra vez, y de nuevo las noticias hablarán de la receta del líder. La mesa está lista, bon appétite.

jueves, 17 de agosto de 2017

Londres Victoriano

Las vacaciones estivales caminan inexorablemente hacia su final, y por mucho que uno se empeña en frenar el paso de los días estos avanzan sin remisión, el ocaso del verano está, cada vez, más cerca. A pesar de esta realidad, mi predisposición laboral e intelectual sigue siendo la misma que a finales de junio, es decir la de un hombre ocioso, dispuesto a no cambiar de estado hasta que no quede más remedio. Pues bien, el caso es que hace no mucho, me pidieron que hablase sobre mi "libro favorito" al objeto de colaborar con la revista del Instituto, cosa que me congratula y agradezco de antemano al bueno de Antonio Julio, afanado coordinador de la biblioteca escolar. En primera instancia acepté de buen grado el encargo pero cuando me senté a escribir me di cuenta de la complicado que es elegir un libro entre libros, tarea imposible, por lo que me dije, porque no hablar de una temática mejor, cosa que hice, y que les ofrezco aquí, de forma literal y a falta de inspiración, disculpen el acople y disfruten de la lectura.

El cuerpo de Mary Anne  Nichols  “Polly” Nichols yace sin vida en un oscuro callejón  de Whitechapel, acaba de morir asesinada, un reguero de sangre cubre su cintura y alcanza el suelo, ha sido acuchillada en el cuello y en el abdomen. Al otro lado de la ciudad, en un lujoso despacho del Soho, el señor Utterson vuelve a leer el testamento de su amigo el Doctor Jekyll, en el cual informa que en caso de sucederle algo toda su fortuna y propiedades pasaran a manos de un huraño y desconocido Míster Hyde. Las campanadas del Big Ben anuncian las cuatro de la madrugada, es una noche bastante clara de finales de verano, la luna brilla con fuerza, y en su centro se confunde la silueta de un enorme murciélago en dirección a la abadía de Carfax. No lo puedo negar, el Londres victoriano me encanta, los suelos húmedos donde resuenan los pasos de alguien que acecha en la oscuridad, la niebla que camufla los rostros y esconde las intenciones, el famoso East End, donde se puede comprar todo, los carruajes y los elegantes caballeros que se reúnen en logias masónicas, el palacio de Buckingham donde se alza impertérrita la reina Victoria I estandarte del poderoso imperio Británico. Cuando me pidieron que escribiera sobre mi libro favorito pensé, imposible, no sabría cual elegir, pero después me dije a mi mismo, elegir un libro es muy difícil, pero una temática, un ambiente facilita las cosas, por ello me decidí por el Londres victoriano, si, ese Londres de finales del XIX, sucio e industrial, pujante y decadente al tiempo. Con el ambiente elegido los libros llegaron por si solos, por un lado una novela gráfica magistral de Alan Moore, “From Hell” que recrea la versión oficial sobre los asesinatos perpetrados por Jack “el destripador”, el famoso asesino en serie que atemorizó a la hipócrita sociedad londinense decimonónica. En forma de cómic novelado Moore analiza todas las circunstancias que rodean los asesinatos de Whitechapel e involucra a la propia casa real en la realización de los mismos. Entre nieblas, clubes de alta sociedad e investigaciones de Scotland Yard, podemos mencionar una novela de Robert Louis Stevenson, donde se narran las peripecias del angustiado Doctor Jekyll y su alter ego Míster Hyde, poniendo en evidencia el maquillaje que supone la vida social que tan sólo enmascara el animal que todos llevamos dentro. Mi última propuesta sigue el curso del Támesis y se adentra en la Abadía de Carfax, lugar donde Bram Stoker  fijó la residencia del conde Drácula en pleno Londres, y que sirvió de marco al penúltimo combate entre el bien y el mal, antes que la liza final se trasladase a los Cárpatos. Pues bien esta es mi recomendación, abríguense y cojan el paraguas, en Londres suele llover, paseen por sus calles, mézclense con sus moradores, tomen una pinta en el Ten Bells, o acudan al 221 b de Baker Street,  y disfruten del té que a las cinco sirve la Sra. Hudson en compañía de un famoso investigador que hace prodigios con su mente…
Pues esa era mi propuesta, y lo sigue siendo a día de hoy, qué les parece, si no conocen estas obras les invito a caminar entre la neblina, las capas y los sombreros de copa londinenses y a perderse en el famoso y oscuro Londres Victoriano.

jueves, 20 de julio de 2017

¿Progreso o progresía?

Después de perderme durante meses por recónditas selvas, y surcar mares lejanos vuelvo a la carga, y para ser fiel a mi espíritu crítico, propio de la Ilustración, regreso con una serie de quejas bajo el brazo. En realidad los meses han sido sólo una semana, y las recónditas selvas y lejanos mares se reducen a un apartamento en Matalascañas, eso sí cobrado a muy buen precio. La verdad que la cosa ha estado bastante bien, y la "playa del sobaco" no ha decepcionado mis pretensiones, que no iban más allá de rascarme la cosa a conciencia, independientemente de las veces que he tenido que mostrar las axilas para saludar a convecinos de Badajoz, que han sido muy pocas por cierto. El resto de días que nos alejan del ya lejano 14 de junio, última vez que escribí algo, han estado ocupados por el final de curso, a saber; exámenes, correcciones, informes, tareas de pedagogo, administrativo, vigilante, vidente, mantenedor, y otras labores propias de un docente del siglo XXI, en España, claro está.
Me considero, y creo verdaderamente que lo soy, un tipo de izquierdas que defiende como bandera el progreso de la sociedad, entendida como un conjunto de personas con los mismos derechos y con un conjunto de deberes comunitarios, que buscan vivir en paz, de la mejor forma posible. Los empeños comunales deben ser compartidos y prácticados por todos, en una búsqueda colectiva del desarrollo social. El progreso debe ser algo así, parecido al menos a lo que suscribo en este artículo, pero  cuidado, en muchas ocasiones, este pretendido avance se confunde con "progresía", es decir, un falso progreso que tiene mucho de anuncio y poco de fondo. Esta aclaración de inicio, entre progreso y progresía, es necesaria para que no se confunda lo que voy a exponer a continuación y se tilde de conservador, retrógrado o simplemente "facha", nada más allá  de mi intención, es preciso ser muy cauto con los términos, y ejercer la pedagogía con lo que uno pretende trasmitir, en un mundo de obcecación, superficialidad y redes sociales aneuronales. 
Como docente en un instituto (o catorce) público, lógicamente defiendo la educación pública para todos y todas, y por ello me he manifestado en distintas ocasiones en su favor, además de forma activa, es decir asistiendo a las huelgas, o lo que es lo mismo, faltando al puesto de trabajo, y anuncio que lo seguiré haciendo, como no puede ser de otra manera. Dentro de esta defensa de lo público es necesario un sistema de becas que permitan acceder a la formación a todos aquellos que tienen mayores dificultades económicas y puedan permitir que sus hijos adquieran una formación sólida, completa y de calidad. Me indigno cuando la "elegante Europa" exige recortes a los países miembros, y como no, esos ajusten recaen sobre los más pobres, que dejan de recibir ayudas como las que mencionamos aquí, referidas a las becas. Toda mi vida he sido perceptor de becas públicas, y siempre he estudiado en organismos públicos, por lo que estaré siempre agradecido de haberme podido beneficiar de la mejor época de la historia de España en cuanto a ayudas a la formación. Hasta aquí, en este ámbito, es lo que yo entiendo por progreso, es decir facilitar que todos y todas en la comuna tengamos las mismas opciones, y que además las aprovechemos como es debido. 
La Progresía comienza a través de acciones como las que voy a referir; en muchos lugares, como Extremadura, la Junta (el gobierno) ofrece gratuitamente los libros de texto a todos aquellos que cumplan determinados requisitos, generalmente de tipo económico. Medida ante la que hay que quitarse el sombrero y decir "chapeau". Pero es cierto también, que muchos de los que reciben los libros no los abren en todo el curso, de forma literal, acuden al instituto sin material, o si lo traen lo dejan en la mochila. Aquí es donde yo me indigno y reviento por dentro, no puedo hacerlo de otra manera que no sea escatológica, y me pregunto cómo no se controla ese dispendio, es decir, si el resultado académico muestra que ese niño o niña no ha hecho nada en todo el curso, porque no le da la gana, no hay que premiarle volviéndole a sufragar los libros, hay que dignificar la educación, y eso pasa porque los padres den valor a este tipo de medidas por las que yo he peleado y pelearé, pero aplicadas de una forma coherente y de progreso. 
En la misma línea podemos encontrar "papás y mamás" que pasan absolutamente de la educación de sus hijos y además requieren que esa educación (que no formación) se les ofrezca desde la institución educativa, ¡que cara más dura!. Así los plazos para solicitar becas se olvidan, se pasan, se dejan para otra ocasión, claro,  no he pedido la beca a mi niño en forma y plazo porque estaba en la playa y no me he acordado, o tenía cita con el tatuador para ponerme el nombre de mi bisabuelo debajo del pezón, o una frase en inglés atravesando las costillas, o haciendome cien "selfies" con mis amiguitos o amiguitas para subirlas o colgarlas en tal o cual red social, no los aguanto de verdad. ¿Se puede ser más hortera y zafio?
Por otro lado en España contamos con un sistema de Salud puntero que no lo hay en el resto del mundo, puesto que es gratuito y universal. De nuevo hay que felicitarse por lo logrado como país y también plantearse de forma muy seria que si seguimos abusando, el sistema no se podrá mantener. En dónde está el error, en el mal uso que hacemos de este sistema, en su sobreexplotación. Uno debe acudir al médico cuando lo necesita, no cuando uno está aburrido, porque si no sabemos ejercer bien nuestra libertad, esta se convierte en libertinaje, y acabarán por cobrar las consultas de un simple catarro. Hace no mucho acudí al Hospital acompañando a mi bebé porque tenía fiebre y no éramos capaces de hacerla bajar, y el mal uso del sistema sanitario era evidente, hasta el punto que pude escuchar a una mujer decirle al médico que había traído a sus tres hijos a urgencias, sólo uno tenía visos de estar enfermo, pero llevaba los otros dos por si atender a doscientas personas en un día fuera poco para el médico.¡Que barbaridad!
 La Progresía quizás esté en asumir como Estado una operación de cambio de sexo, pero no incluir vacunas contra la meningitis en la cartilla vacunal de un bebe o niño, o no pagar el tratamiento a los enfermos de Hepatitis C, más aun cuando la mayor parte de estos pacientes han enfermado cuando estaban ingresados en algún hospital público. A esto precisamente me refería cuando hablaba de no mal interpretar mis argumentos, que nada tengo en contra del colectivo LGTB, y entiendo y defiendo sus reclamaciones, pero hay cosas más prioritarias para un estado que el cambio de sexo de una persona individual. 
La vivienda es un derecho constitucional, y por ello todos estamos de acuerdo con las viviendas sociales, para asentar a las personas más desfavorecidas, que por uno u otro motivo no pueden acceder a un alquiler (que también pueden ser considerados una variante más o menos fina de robo) o a la compra de una vivienda (hecho que puede ser tenido como de Ciencia Ficción si observamos el precio en relación a lo que gana un español medio). Ahora bien, esto dista mucho de la realidad actual, en donde gran parte de estos arrendatarios de vivienda social no pagan unos alquileres simbólicos, o destrozan las viviendas que entre todos hemos sufragado, o llenan de basuras sus calles, convirtiendo supuestos barrios para gente humilde en verdaderos guettos donde prolifera la delincuencia, la droga, y  la marginación. Yo, nieto de minero y de represariados por ideas políticas, defensor de lo público y comunitario, entiendo el progreso de forma que uno, no puede hacer de esta ayuda social una forma de vida, es decir, si la educación es gratuita, el médico y la vivienda también, uno debe esforzarse y mejorar, saliendo de esta forma de vida "accidental" e intentando devolver al sistema parte de lo que este te ha dado, o prestado . Es decir yo no debo aspirar a ser minero (con todos mis respetos), debo intentar ser algo más. Estos argumentos me hacen  ver con antipatía la idea de una Renta Básica, por el mero hecho de respirar, dado  que obvia que muchos de los receptores de la misma no han hecho absolutamente nada por mejorar sus condiciones de partida.  Hay que asegurar como Estado un trabajo, al menos, por unidad familiar, y ayudar con este tipo de medidas a quien no tenga otra forma de ganarse el pan, lo que es muy diferente a dar ochocientos euros a una persona que ha ido a la escuela durante años sin hacer ni el huevo, luego sin formación autoimpuesta no ha buscado o encontrado trabajo y se dedica a pulular fumado hasta arriba y haciendo gala de su nefasta educación. 
Por ello señores, y voy terminando ya, me espera una cañita, que estoy de vacaciones, no podemos confundir progreso con progresía, porque hacemos un flaco favor a nuestra sociedad, y la llevamos por derroteros que no son los que debieran ser, así por ejemplo hay barrios en todos los lugares convertidos en vertederos asociales, donde no se puede ir a pasear de forma normal, como si estuviésemos en Mossul o Kerbala, donde la delincuencia coquetea con la droga y la marginalidad. No nos podemos permitir estos lujos. Que tengan un buen día.

miércoles, 14 de junio de 2017

Banderas, himnos y otros símbolos patrios.

Nos abrasamos, esa es la pura verdad. Este año la primavera se ha esfumado antes de lo esperado, y hasta el famoso refranero patrio ha fallado en sus predicciones y así, mucho antes del cuarenta de mayo,  el sayo sobraba, también el pantalón y hasta si me apuran,  la misma piel. ¡Que calor! 
La verdad que no sabía muy bien de qué escribir, no me venía la chispa creativa o el recurrente mosqueo inspirador, hasta que por fin he podido ver la luz de un posible artículo y me he decidido a ello, no se muy bien como saldrá. 
El origen de mi argumento está en dos sucesos de corte deportivo, por un lado, la final de la copa del Rey (menos da una piedra, peor hubiese sido una copa del Generalísimo)  y por otro lado, la décima victoria de Rafa Nadal en Roland Garros, que menuda hazaña,  sea dicho de paso. ¡Grande Rafa! Del primer acontecimiento, al margen de lo deportivo lo que podemos extraer es que de nuevo hubo pitos al himno  nacional, por parte de las hinchadas, o mejor del público que acudió al partido, no todos, pero si un buen número de ellos. Por su parte, del segundo acontecimiento, de la victoria de Rafa podemos referir admiración, satisfacción, unión, sin embargo, en ambos casos nos encontramos con deportistas, que nos representan, pero su simbolismo es distinto, por un lado hay rechazo al himno de España, pero por otro hay orgullo de un deportista español ¿Por qué? Posiblemente podemos reseñar que en nuestros días los símbolos que nos unen, no son los tradicionales; bandera, himno o corona,  y ni mucho menos los toros o el flamenco, en estos últimos casos nos encontramos con tópicos, además muy manidos en todas sus acepciones. En la actualidad la españolidad no viene representada por lo que he señalado anteriormente, sino que en buena parte nos sentimos identificados con deportistas que nos unen y nos permiten celebrar , a voz en grito, una canasta de Gasol frente a Francia, un "ace" de Nadal en cualquier pista de tierra batida, un tour de Indurain o de Contador, o el famoso gol del Iniesta de mi vida que dijese Camacho y que valió un mundial. En todos los casos señalados anteriormente, se establece una unión casi sagrada entre el deportista convertido en símbolo y los espectadores que disfrutan como niños ante una consecución más para el país, en un comportamiento o sentimiento semejante al que pudiese tener un romano de a pié cuando un general derrotaba a una tribu germana, que en nada mejoraba su vida, pero que era sentido como algo propio, y de ahí el símbolo. Pero el símbolo no puede ser impuesto si no, la magia se esfuma y se rompe el vínculo entre el icono y sus seguidores.
Es muy difícil encontar una solución al asunto que aquí barajamos, dado que un pueblo adquiere su simbología de una forma natural a traves de una enculturación que se da en los primeros años de vida, por tanto tratar de conseguir que la gente, o más gente para no ofender, se sienta identificada con el himno y lo venere y respete tal y como hacen en otros lugares, como en Francia donde la Marsellesa es casi sagrada para todos, se convierte en una labor ardua y casi imposible. Podríamos buscar o preguntarnos al menos cuál es el motivo por el que gran parte de los ciudadanos del país no se sienten representados por el himno nacional, en vez de hacer un ejercicio propio de mastuerzos y empezar a despotricar y condenar la actitud de estos silbadores. Para empezar podemos decir que el himno nacional es una marcha real que no tiene letra, y por tanto, como pueden observar desde el principio vamos mal. El hecho se ser una marcha real posiciona al país a adoptar una actitud favorable para con la monarquía, y bueno empezando por mí, no estoy dispuesto a venerar un himno que engrandece una institución que no comparto, ahora bien, yo no silbo al himno, lo respeto al igual que respeto las procesiones e incluso que alcaldes izquiedistas las presidan con bastón de mando incuído y escoltando a la curia por las calles y plazas de todos los pueblos de nuestro querido solar patrio. De ahí,  del respeto a la veneración hay un trecho, pero no es este el caso, la cuestión es que como yo, mucha gente acepta porque no es un problema fundamental, es una minucia, pero cuidado hay que tener símbolos que nos engrandezcan como país, y parece ser que los que tenemos no convencen mayoritariamente.
Ser un pueblo como el nuestro, capaz de acuchillar a los franceses que nos invadieron, de tachar a Goya de afrancesado, sin olvidar que el genio maño falleció en el exilio francés de Burdeos, de hacer una magna obra constitucional en las Cortes de Cádiz, de las más avanzadas de su época o ser responsables también de la sangría (in)civil del siglo pasado que nos dividió hasta nuestros días, hace que la simbología cuente, y mucho, España es un país muy viejo con demasiada historia e historias, y con grandes dificultades para conciliar los distintos bandos, parece ser que no estamos a la altura de la Historia, debemos ser capaces de cerrar ese pasado de guerra y dictadura, y eso pasa por pedir perdón, de ambas partes, de aceptar el mismo y construir de nuevo un país sólido, y a ser posible ilustrado, capítulo este que nos saltamos entre puñalada y arcabucazo. Estos pitidos y silbidos y su contrapartida en forma de insultos, evidencian una mancha en el bonito vestido que nos vendieron como Transición ejemplar de la caverna al paraiso capitalista de nuestros días, poniendo de manifiesto que no todo fueron cafés y pastas para todos, y que quizás tengamos que readaptar los símbolos surgidos de una Transición demasiado pagada de si misma, es decir evolucionar el sistema surgido de la dictadura y conseguir una unión entre el pueblo y sus símbolos.
Hablar de nación de naciones, de España plural, de preguntar o de sentirse o no más o menos español es producto de ésta falta de vínculo entre el Estado, sus símbolos y representantes y el común del pueblo. Nadal, Puyol, Gasol, Garbiñe, Iniesta, Indurain, Contador, Alonso,Mireia y otros muchos deportistas españoles consiguen una unión entre nosotros como jamás lo han logrado ni el himno, ni la bandera, ni el Rey, equivaliendo a Blas de Lezo, Daoíz, Velarde, Agustina de Aragón, el Cid o Don Pelayo, convertidos en estandartes de lo que significa ser español a lo largo de la Historia, que como dijese Arturo Pérez Reverte, está bastante relacionado con eso de saber perder (vidas, territorios, barcos, plazas o prestigio en honor de eso que se llama España).
Pienso que una vez cerradas las heridas que nos hemos inflingido entre nosotros mismos volverán a surgir los símbolos de unión como pueblo, y todo ello pasa por saber que ya tenemos símbolos universales que nos representan , cada vez más olvidados por empeños bilingües y futiles propios de una administración vacia e iletrada, pero que desaparecerán tarde o temprano mientras don Alonso Quijano seguirá peleando con gigantes o "Minaya" Alvar Fañez  hará lo propio acompañando a Rodrigo Díaz de Vivar, quizás el surrealismo siga llamándose Salvador Dalí, y el "pobrecito Hablador" se cruce con don Benito Pérez cuando salga a ver la Historia de España,  en fin que símbolos e iconos no nos faltan, tan sólo hay que ponerse a ello,  buena tarde .




miércoles, 10 de mayo de 2017

La "edad de oro" de lo absurdo

La primavera sigue su curso con total normalidad, hace calor o llueve, refresca y el tiempo cambia de golpe, la sangre se altera, además como dice el anuncio es tiempo de bichos, pero en esta ocasión, la primavera es algo que me interesa un pijo, la verdad, hoy quiero hablar de modas absurdas.
Reconozco que es muy difícil estar al día en las modas y demás chorradas varias que jalonan y entretienen a los moradores de Mundo Subnormal, tan sólo con preguntar al sabio google sobre las últimas modas, el buscador arroja una cantidad inabarcable de pruebas latentes y físicas de nuestra vaciedad colectiva, además en términos musicales la tendencia va "in crescendo". 
Siguiendo una línea cronológica podemos referir algunas de éstas sandeces:
En torno al año 2010, una de las últimas veces que haciendo un esfuerzo sobrehumano acudí a las fiestas patronales de Villazamundio de la Sirena, el famoso Santontito, absorto quedé al tratar de entrar en una de las típicas casetas de feria, por cierto todas iguales en todos los sitios, cuando una turba de paisanos embriagados por efluvios y caldos varios, salían bailando con alegría y jolgorio portando todos una sonrisa encantadora y unas preciosas gafas sin cristales, han escuchado (leído mejor) bien, sin cristales, todos iguales, consumiendo una diversión artificial en sus mentes débiles y alienadas. Pero que horror, se puede estar más tonto, o más listo, en el caso de quien hace negocio por medio de la estupidez de otros, lo cual me alegra bastante. Descubrí que la humanidad no tiene límite buscando la tontuna y el borregueo barato, y pude observar que incluso en los anuncios televisivos de ópticas y productos relacionados con la visión, se hacían ofertas económicas de lentes que incluían en el precio los cristales, pero que desproposito de sociedad, ¿se imaginan ustedes un anuncio de coches que incluya en el precio del mismo las ruedas?, pues claro que sí señores, cada vez estamos más idiotas, llegará el momento, estoy convencido.
Siguiendo la senda de la estulticia llegamos a las Navidades de 2014, y he aquí que apareció otro invento que arrasó en los reyes del mencionado año, el útil y afamado "palo (de) selfie", si un palo que se engancha al teléfono móvil para evitar usar el brazo y sacarse fotos a uno mismo o a un grupo de conocidos. Al margen de la chorrada de invento, referir también dos cosas que ya he mencionado en múltiples ocasiones, por un lado, la manía de usar término bárbaros, que ya existen en nuestro rico léxico, y por otro la horrorosa costumbre de contar nuestras homogeneas vidas en las llamadas redes sociales, de verdad que es complicado aguantar los parametros intelectuales de nuestra época, y pervivir en el intento sin echarse al monte. Observaran ustedes que algunos de los  grandes logros en la historia de la tecnología están vinculados al hecho de  añadir un palo a un invento anterior, así el palo atado a un trapo se convirtió en fregona, y evitó horribles dolores de espalda, así el palo pegado al movil, se convirtió en un invento tonto, que permite titular a este artículo como edad de oro de lo absurdo.
En el presente año 2017, y en el ámbito adolescente he observado dos modas estúpidas, aunque que se que hay cientos, muchas de ellas protagonizadas por adultos abyectos y atontados que copan su tiempo "subiendo" copia-pegas a la red, mostrando su profuso nivel cultural y el del conjunto social,me temo. Regresando al tema, a principios del curso denoté una moda que me han informado se llama "bottle flip", y que consiste en arrojar una botella medio llena (o vacía) de agua e intentar que caiga de pie después de dar una vuelta sobre sí misma. Pues bien, eran cientos los chavales y no tan chavales que pasaban horas y horas lanzando la botellita para asombro de aquellos que veíamos en la práctica una sucursal más del memismo propio de Mundo Subnormal, además sea dicho de paso,  la práctica en sí,  no tiene la más mínima pizca de gracia.
Por último y para no aburrir al personal, podemos referir la más recientes de estas tontas prácticas, denominada "spinner", un aparatito en forma de estrella con bordes romos, que gira sobre si mismo, haciendo  una rotación semejante a la de  un ventilador, pero movido , no por un motor, sino por los dedos de uno mismo. Se puede entender de alguna forma racional ¿qué sentido tiene esto?, desde luego que no, al menos sin recurrir a un claro proceso de involución, y es que ya es para plantearse si no estamos volviendo a los albores de la humanidad, lo mismo nos da hasta por subirnos a un árbol.
En fin, no me extiendo más, todas estas modas ponen de manifiesto la clara intencionalidad de buscar y recrear una sociedad de gente cada vez menos formada, interesada o reivindictiva, generando un marasmo de personas vacías, gregarias, carentes de la más mínima personalidas, y lógicamente, sin el menor espiritu crítico, que deglute todas las mierdas que le ofrecen, sean del tipo que sean. El día que leer un libro se ponga de moda haremos una revolución cultural, al menos de una semana de duración que es lo que suelen durar estas prácticas en el tiempo, siendo sustutídas por otras con la misma forma y sentido absurdo. Me temo que estamos lejos de ser mayores de edad que diria Kant, de la misma manera que el verdugo que aguarda de pie en la puerta, como refería Engles, tendrá que sentarse, porque la cosa va para rato. Les dejo en paz, buena tarde, me planteo que será lo siguiente en ponerse de moda ¿tatuarse el nombre del abuelo en el antebrazo?, ¿ponerse una frase en árabe? o ¿una liga con lazo?, calla coño, que el mal gusto está de moda hace años, un saludo señores.

sábado, 29 de abril de 2017

De vuelta a la Caverna

Me gustaría que este artículo versara sobre la "caverna platónica" y que en él se expusiesen concienzudas cuestiones filosóficas que contribuyesen a mejorar la vida del hombre o se planteasen nuevos paradigmas de reflexión  que fuesen novedosos y útiles al pensamiento global. Nada más lejos de realidad, mis pretensiones son mucho más modestas, de nuevo ofrezco aquí un artículo que sólo pretende mostrar mi opinión sobre un tema que no requiere nada más que ser un poco observador, y eso sí, un tanto sensible a la realidad que nos envuelve. 
El caso es que en los últimos días estamos escuchando una serie de noticias que permiten justificar el título del artículo, y es que sin lugar a dudas, alguno de nuestros congeneres está más cerca de la caverna paleolítica,  que del siglo XXI, al menos su comportamiento es prueba inequivoca que venimos del mono. Veamos algunos ejemplos; hace un par de días, un mastuerzo horrmonado, de esos que se pasan horas en un gimnasio inflando sus músculos, que viven por y para su cuerpo, sin otra preocupación en sus tristes vidas que hacer daño a los demás, hincha de un equipo de fútbol para más datos, se lió a golpes con un pobre hombre que tomaba un refresco en una terraza de Bilbao. ¿Qué había hecho para recibir dicho trato por parte del aneuronado y proteinado fan futbolístico? Pues sencillamente NADA, estar sentado tranquilamente en una terraza y tener un aspecto que no agradó al agresor, quien al grito de Viva España se lió a guantazos y patadas con el asustado señor, al que además llamaba proetarra. Este tipo de violencia gratuita está a la orden del día, y así no es raro que en Televisión emitan un programa llamado "Hermano Mayor" en el que, si el estomago no se les revuelve, pueden ver como un niñato o niñata, se lía a golpes con sus padres o con el mobiliario doméstico, o que exista un teléfono de "ayuda al profesor" porque cada vez son más frecuentes las agresiones a docentes, en ocasiones con la complicidad de algunos padres y madres que ven en el pofesor el enemigo al que combatir y en sus hijos maleducados angelitos inocentes a los que hay que premiar por tocarse con mesura sus "benditas" partes.  Algo sucede en los tiempos que corren para que tamaños  subnormales proliferen como la mala hierba, y es que uno de los defectos que tiene nuestro sistema, es que a pesar de ser la Libertad su seña dominante, algunos sólo piden cadenas, como en tiempos de Fernando VII, porque hay que saber ejercer la Libertar y hemos de educar para saber ser Libres. El tipo este en  Bilbao, el normal que consumía un refresco no, en este caso el idiota que había acudido a dicha ciudad para supuestamente ver un partido de fútbol, es viejo conocido de la policía, por agresivo, por conducir temerariamente y subir sus hazañas aneuronales a las redes sociales, en fin basura idiotizada que se aprovecha de las debilidades del sistema y pulula como una enfermedad dañando a su torpe paso. 
Otra muestra de la espiral de violencia gratuita a la que hacemos  referencia la pone, en esta ocasión, un joven que la emprende a puñetazos con un señor mayor, hasta tal punto, que dicho señor acabó hospitalizado y al borde de la "parca". ¿Qué motivó en este caso tamaña agresión? Pues bien, al parecer la discusión que degeneró en paliza y hospital, se inició porque el señor mayor que paseaba un perro de pequeño tamaño, se cruzó con el agresor que llevaba un perro de esos que parecen culturistas, es decirr un perro de presa, y le recriminó que debía llevar bozal, motivo por el cual el animal de dos piernas se lió a mamporros con dicho sujeto hasta que acabó sin sentido en el suelo tirado. Claro ejemplo este de que una persona así, sin ser pulcros en la definición de persona, no debe llevar bajo ningún concepto animales de tales características, puesto que quien debería portar mordaza, bozal o que se yo, una correa,es en este caso, el miembro de nuestra especie. 
No hace mucho que una niña de 13 años, se quitó la vida porque la acosaban de forma habitual en el instituto. Hasta dónde vamos a llegar si una personita de poco más de diez años se quita la vida, cojones si casi no había empezado a vivir. Qué estamos transmitiendo a la juventud para que existan niños que sean capaces de llevar a un compañero/a a la muerte, qué convierte a un pequeño en víctima y a otro mocoso en un  monstruo homicida, en definitiva ¿qué nos está pasando a los humanos?  
La cuestión fundamental es si esto ha sido así de siempre y lo que sucedía es que no nos enterabamos, o por contra estamos viviendo una escalada de violencia cuyas consecuencias son, cuanto menos, nefastas a medio-largo plazo. Si se estudia un poco la Historia rápidamente se puede hacer una comparativa, dado que después de una crisis profunda vienen los puñetazos ideológicos en la mesa , tales como los fascismos, ejemplo de los mismos tuvimos varios en el periodo de "entreguerras" tras el "crash del 29", y ahora, después de la crisis fomentada de 2008, los fascismos se recrudecen en Europa, los violentos se amparan en los grupos ultras vinculados al fútbol, el odio se instala en corazones y parlamentos. CUIDADO la Historia  está cambiando y amanece un nuevo ciclo que se pronostica como violento, excluyente, y paranoico, lo que nos debe mantener alertas tratando de evitar que los "trogloditas" se hagan de nuevo con el mando del planeta y vuelvan los campos de trabajo o de exterminio, las purgas o las limpiezas étnicas.
Hay que saber que si las circusntancias se dan, y se repiten guerras, como otras muchas veces en la Historia de la Humanidad, muchos de los violentos que aquí hemos mencionado, estoy convencido de ello, serían capaces de perpetrar asesinatos, palizas o violaciones, amparándose en la guerra, dado que si en Libertad y con la barriga llena son así de obtusos, habría que ver (mucho mejor que no) como sería su comportamiento en una situación bélica. En este mismo carro se pueden subir los maltratadores de animales, los que disfrutan con el mal del vecino o los que fomentan el odio contra el extranjero o el diferente, si pudieran, culminarían lo que ahora, en la democracia, es tan sólo la punta de un enorme iceberg de estulticia y violencia aneuronada. 
Todo lo señalado hasta aquí nos indica que volvemos a la caverna, vamos,  que algunos no han abandonado la edad de piedra, dónde el más fuerte imponía su voluntad frente al más débil, por medio de argumentos sólidos como el puñetazo o la patada en los cojones, y además, ahora como entonces el más bruto contaba con "palmeros", es decir con otros más bobos y débiles que él,  que le rien las gracias y apaluden todas sus fechorías. En el caso que iniciaba este artículo, en Bilbao, el violento del Viva España, iba acompañado de otros dos memos que reían el tortazo de su macho Alfa, poniendo en evidencia que no estamos muy lejos de  cuevas, abrigos y cavernas.
A modo de epílogo, mostrar mi simpatía y admiración por nuestros antepasados cavernarios que sobrevivieron y condujeron a la humanidad hasta nuestros días, dicho esto, señalar que el "cavernarismo" al que nos referimos aquí, hace mención a lo primario del comportamiento de estos imbeciles, muy alejado de la empatía que sentimos por nuestros antepasados.