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miércoles, 17 de enero de 2018

El Mercado del Nacionalismo

No sabía muy bien qué título poner a este escrito, y les explico a qué me refiero con esta duda de partida. En los últimos meses la situación, ya de por si anómala, en el funcionamiento de la política patria, ha degenerado en un esperpento que ya quisiera el bueno de Valle Inclán haber vivido. No me quiero referir desde aquí a la situación de Cataluña, es precisamente querer combatir a este nacionalismo de mercado, pesetero e interesado el motivo que gesta este artículo y no sólo me refiero a los que viven del negocio catalán, sino también al resto del país, abanderado por los medios de comunicación, que siguen el cuento a este hartazgo generalizado. Es un verdadero coñazo poner cualquier medio de comunicación en este puñetero país, a todas horas, todos los días, la misma cantinela, el asunto del nacionalismo  catalán que nunca se acaba y que se ha convertido en el heredero del nacionalismo vasco, que copó los anteriores cuarenta años de la "actualidad" nacional. 
Lo que pudiera tener de interesante este asunto, ha devenido con el abuso, en una situación cómica que aburre, cansa y harta al resto de los que formamos parte de este trozo de tierra y sentimientos encontrados que llamamos España. En nuestro país, nos encontramos una serie de territorios, que jamás, (y es jamás en su más rotunda contundencia) salimos en medio de comunicación alguno, y la verdad, que sólo se hable de los mismos siempre, sin posibilidad de conocer otras realidades, más allá de este nacionalismo cutre, idiota y de mercadeo es molesto, ofensivo y hasta, si me permiten, triste. Al resto de España, nos la pela, y siento el término vulgar, pero no negaran que expresivo en su verbalización, que Cataluña haga  tal cosa o deje de hacerla, a mi, como extremeño, lo que me interesa es que mi tierra siga adelante, que tengamos un tren digno, que recibamos más turismo, que el paro baje, que se cobre más, que la distancia con el resto de España, fruto del caciquismo y el abandono se reduzca, que la universidad extremeña mejore, que mis gentes se formen y luchen por lo nuestro, que es lo del conjunto del país, que seamos por una vez vanguardia,  y representemos algo en el país. Todo esto pasa por dejar de hablar tanto de algunos territorios y empezar a mostrar otras realidades que vayan más allá de la esquina nororiental ocupada por Cataluña, diluyendo, no obstante,  las cortinas de humo que vienen bien a vividores, medios de comunicación  y políticos. Hay que apoyar, no tanto con subvenciones y miserias, sino mostrando en  los medios de comunicación las potencialidades de aquellos territorios hoy vedados y excluidos.
La culpa aquí no sólo es de los que viven de la pantomima excluyente del rancio nacionalismo catalán, que es un vano empeño en no querer ver más allá de su propia nariz, puesto que todos, catalanes, extremeños y hasta vietnamitas de cuarta generación, pertenecemos al genero humano y nos diferenciamos muy poco unos de otros. Lo que sea ir más lejos de tamaña verdad, es rizar el rizo y construir diferencias donde no existen, al abrigo de la pela, que es como los pelos del culo, digan lo que digan abrigan. El Nacionalismo catalán ,planteado como esta a día de hoy, no es bueno ni para Cataluña, ni mucho menos para España Por ello, yo quiero que en este país se tenga en cuenta al menos a otros 35 millones de españoles silenciados en los medios de comunicación. Que hartazgo coño. Entiendo que hablar de la situación de Extremadura, región pobre, bastante poco habitada, donde no hay mucho granero electoral, es menos rentable que hacerlo de otros lugares, pero oigan, aquí también tenemos nuestras necesidades, en algunos casos muy superiores a las del resto de lugares, por ser tierra, de todos es sabido, de latifundio, señoritos y miseria, paliada en gran parte en los últimos años democráticos. Pero aún así, Extremadura es Extremadura, y debemos seguir peleando por existir, por tener la importancia que se tuvo en tiempos de Roma, o con los musulmanes. No se puede vender el tema de la peculiaridad de un territorio como aspecto para querer recibir más que el resto, como hacen los mercaderes del nacionalismo, porque si esto es así, más peculiaridades que Extremadura no se tienen en la mayoría del país.
Hemos convertido todo asunto de actualidad en un completo espectáculo de consumo en los medios, y hay cosas que deberían ser más serias, no apelando tanto al mercadeo  y buscando más la lógica que da una dimensión proporcional a la importancia de cada asunto. En dicho sentido el "conflicto" catalán está recibiendo un trato desmesurado, ni es tan indispensable  ni al resto nos importa en tamaña magnitud. En el polo opuesto se encuentran los territorios olvidados, tanto por la Historia como por la dinámica de la actualidad. 
Por tanto, señores de la Televisión española, de cadenas privadas nacionales, desde Antena Tres hasta la Sexta, pasando por Cuatro y Telecinco, hagan un esfuerzo por abrir el abanico informativo y tengan en cuenta a otros lugares y realidades, porque sepan ustedes que el camino cansino por el que transitan, al resto de pasajeros obligados, nos tiene ya hasta los mismísimos huevos. Buena tarde señores, y tomen nota los aludidos.